La asamblea local critica al resto de los partidos por "querer facer da cidade un mercado persa"
El BNG cuenta las horas para regresar, cuatro años después, al Concello de Ourense, donde contará con los dos ediles ganados en las elecciones del 26 de mayo, "uns moi bos resultados", según su líder local, Luis Seara, pero que deja cierto regusto agridulce en la formación, que confiaba en tener la capacidad suficiente para determinar el futuro gobierno, algo que no ha sucedido.
"A aritmética dixo que non pese a medrar máis de 1.000 votos e ser a única forza de esquerda e nacionalista", destacó Seara antes de presentar las credenciales junto a la que será su compañera en la Corporación, Rhut Reza, para tomar el sábado posesión.
A partir de ese momento, como refrendó la asamblea local el pasado lunes, el BNG se situará en la oposición, "que será seria, constructiva, responsable e colocando as necesidades de Ourense en primeiro plano", una postura que ya trasladó oficialmente al candidato del PSOE a la Alcaldía, Rafael Rodríguez Villarino.
También reflexionó Seara sobre la situación postelectoral y las diferentes negociaciones entre los grupos para formar el gobierno municipal, que se cruzan con la configuración de la Diputación. El nacionalista está "preocupado" por los acontecimientos.
"Dá a sensación de que se ventilan máis os intereses persoais que os dos veciños, algúns queren convertir a cidade nun mercado persa, colocando como moeda de cambio o Concello", criticó el líder del BNG, que centró su mensaje también en las facilidades que su formación dará para tejer un gobierno alternativo al PP en la Diputación.
"O noso voto está ó servizo de quen o queira utilizar para botar ó baltarismo e esa forma de facer política de provocar desigualdades", dijo Seara, que pidió "claridade" al resto de formaciones "ante unha oportunidade histórica de abrir un tempo novo, algo que desexan milleiros de veciños".
