La preocupación de los comerciantes de la calle Bedoya por la incidencia que las obras puedan tener en su campaña navideña motivó ayer una nueva reunión entre una representación de propietarios de estos locales y el Concello.
Después del encuentro con el alcalde, Francisco Rodríguez, ayer se citaron con el edil de Infraestructuras, Andrés García Mata, para analizar el estado de los trabajos y las posibles medidas a tomar de cara a minimizar los posibles daños en la actividad de los comercios.
García Mata transmitió a los afectados que se está haciendo un seguimiento diario con el director de las obras para que se vayan cumpliendo los plazos establecidos y, en la medida de lo posible, agilizar los trabajos, especialmente en el primer tramo de la calle (entre el parque de San Lázaro y Valle Inclán) por ser la zona más comercial. En este sentido, se prevé que la próxima semana estén finalizados los trabajos de demolición en este tramo y se sustituyan las actuales vallas por unas más bajas -de un metro- dado que las obras ya no reportarían peligrosidad para los viandantes, según explicó el edil nacionalista.
Atractivo
Con esta medida, se prevé reducir el impacto visual en el entorno para que la vía gane más atractivo para el viandante y recobre la actividad comercial.
Asimismo, tal y como ocurrió en la reunión con el alcalde, volvió a ponerse sobre la mesa la petición de que la empresa que reforma la calle refuerce la mano de obra para agilizar los trabajos, sobre todo en el primer tramo que es el que tiene más labores de acometidas de agua y acondicionamientos.
García Mata transmitió a los afectados que se está haciendo un seguimiento diario con el director de las obras para que se vayan cumpliendo los plazos establecidos y, en la medida de lo posible, agilizar los trabajos, especialmente en el primer tramo de la calle (entre el parque de San Lázaro y Valle Inclán) por ser la zona más comercial. En este sentido, se prevé que la próxima semana estén finalizados los trabajos de demolición en este tramo y se sustituyan las actuales vallas por unas más bajas -de un metro- dado que las obras ya no reportarían peligrosidad para los viandantes, según explicó el edil nacionalista.
Atractivo
Con esta medida, se prevé reducir el impacto visual en el entorno para que la vía gane más atractivo para el viandante y recobre la actividad comercial.
Asimismo, tal y como ocurrió en la reunión con el alcalde, volvió a ponerse sobre la mesa la petición de que la empresa que reforma la calle refuerce la mano de obra para agilizar los trabajos, sobre todo en el primer tramo que es el que tiene más labores de acometidas de agua y acondicionamientos.
