El nuevo vial permitirá desviar unos 6.000 vehículos diarios del área urbana pero no entrará en servicio hasta el año 2012

La variante norte tendrá un coste tres veces mayor al previsto en 2001

La variante norte, que comunicará la N-525 a la altura de A Casilla (en el enlace de acceso al Puente de Velle) con la N-120, entre Quintela y Eirasvedras, está llamada a aliviar el tráfico del área urbana de la ciudad, hasta el punto de que retirará casi 6.000 vehículos diarios del casco urbano de Ourense.
La ejecución de esta obra, cuya tramitación administrativa se había iniciado en 1994, precisa la expropiación de 12 viviendas, incluidas en las 622 parcelas que serán necesarias, de las que al menos cien son urbanas. El presupuesto estimado de la ejecución de las obras era de 56 millones de euros cuando se realizó el primer estudio informativo del trazado, allá por el año 2001. Desde entonces, las previsiones presupuestarias han variado, y hoy el coste recogido en el informe que se encuentra en fase de exposición pública se eleva a de 160.058.466 euros. De hecho, sólo la construcción del túnel de As Eiroás costará 53 millones de euros.

El nuevo vial -su entrada en servicio estaba prevista inicialmente para el año 2011, pero el retraso en la tramitación pospondrá ese momento- dispondrá de una longitud de 4,8 kilómetros, con dos carriles por sentido (excepto en el túnel, que contará con tres). Así, el enlace de A Casilla se convertirá en una rotonda que facilitará los desplazamientos de entrada y salida de los viales que conecta.

Desde A Casilla, el vial se dirige hacia As Eiroá, donde transita bajo un túnel de una longitud de 850 metros. Posteriormente, se extiende por detrás de los núcleos de O Pino y de Quintela, donde supera la línea del tren de alta velocidad pasando bajo el viaducto, actualmente en construcción. En Quintela, la nueva circunvalación conectará con la calzada en sentido a Vigo de la N-120, hasta llegar un kilómetro después a Eirasvedras, donde se unirá de nuevo a la N-120 en los dos sentidos, por lo que será preciso modificar las conexiones de la N-120 y la A-52.


EXPROPIACIONES

El proyecto de obra -en este momento, en fase de exposición al público- recoge que si la vía entrase en servicio en 2011, liberaría del tráfico urbano 5.083 vehículos ligeros y 744 pesados (5.857 al día). Este volumen de tráfico crecería en los primeros años, hasta canalizar a 9.127 vehículos en el año 2021, que diez años después podrían llegar a ser aproximadamente 12.000. Dicho de otro modo, el estudio prevé un crecimiento del número de usuarios del 3,7 por ciento de media en las dos primeras décadas de funcionamiento.

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