En la provincia

Los vecinos apoyan en bloque la mejora del entorno de Rocas

Estado de la finca del promotor de la fundación de San Pedro de Rocas y denunciante de la tala de árboles.
photo_camera Estado de la finca del promotor de la fundación de San Pedro de Rocas y denunciante de la tala de árboles.
Tildan de "bulo" la polémica generada por una tala de árboles, que obedece a "intereses económicos"

Representantes vecinales y políticos cargan contra los intereses "ocultos" en la reciente creación de la Fundación Moreiras-San Pedro de Rocas, que se presentaba el martes en el Liceo autoerigiéndose en máximos defensores de esta joya patrimonial sin contar con Xunta y Diputación (este último, organismo titular de la misma), con un supuesto "comité científico" formado por miembros ajenos casi todos a la provincia y con el rechazo de los habitantes del entorno. Juan Carlos Moreiras, agente inmobiliario y promotor de esta fundación, se ha prodigado en críticas los últimos meses por la tala de árboles a un kilómetro de San Pedro de Rocas, a raíz de las obras de ampliación de una carretera. Sin embargo, la gente de los pueblos del entorno asegura que esconde un "único interés" muy distinto: "vender una finca familiar a la Diputación", algo que llegó a ofrecer por más de 6 millones pese a tener un valor tasado de 1,5. También se llegó a ofrecer a particulares.

Juan Carlos Moreiras  es uno de los propietarios de la finca de Casa Coutada, en el entorno del monasterio, y quien, disfrazado como defensa del patrimonio, busca, según los vecinos, seguir bloqueando la ampliación de la carretera OU-0509, que une Esgos y Luíntra, a la altura de su terreno familiar  –es el único tramo en 14 kilómetros de carretera que no se ha podido ampliar, por la oposición de Moreiras–.Una de sus hermanas lo acompañó en la presentación, mientras algunas fuentes sostienen que otros miembros de la familia ni están "en el mismo barco" ni eran conocedores de esto. 

Una larga reivindicación

La ampliación de la carretera a la altura de su finca, que los vecinos llevan más de 20 años reclamando, ha obligado a la expropiación forzosa de una parte del terreno, ante las continuas negativas. Por ello, este agente inmobiliario puso el grito en el cielo y alertó de un presunto peligro para la conservación del monasterio y para la candidatura de la Ribeira Sacra como patrimonio de la humanidad ante la Unesco, en base a una tala de  árboles autóctonos y centenarios que los vecinos tildan de "bulo".

Toda la carretera entre Tarreirigo (Esgos) y Luíntra (Nogueira) ha sido ampliada, incluso con la declaración de Bien de Interés Cultural, salvo ese tramo de 800 metros. "Son 20 años sufriendo este tramo de carretera. Nunca se preocuparon del monasterio", lamenta Mario Rodríguez, alcalde de Esgos, que recuerda que el terreno lo adquirió esa familia en la ya lejana desamortización. Los vecinos d critican que lance una fundación para proteger el patrimonio precisamente un "enemigo" del mismo. "En 2013 tiraron parte del Camiño Real con unas obras para las que no pidieron permiso al Concello y cortaron centenares de pinos", subraya el regidor. El pleno de Esgos de este mes incluso acordó iniciar un expediente de denuncia a Patrimonio por ello. También resalta que esa finca está atravesada por caminos públicos que deberían estar abiertos "y los tienen cerrados".

Los vecinos solo ven interés en "especular". "Nós demos fincas de forma gratuíta para ensanchar a estrada noutros puntos, e agora estes, que van cobrar pola expropiación, só poñen escusas", lamenta Domingo Gómez, presidente de la asociación de vecinos de A Cernada, pueblo más cercano al monasterio. "Alguno tiró garajes, dieron patios... Y nadie protestó, se trata de mejorar la carretera. Y nadie recibió un duro", añaden en la asociación vecinal de Lobaces. 

Todos aluden a un problema de "seguridad vial" que hace urgente la ampliación. "É beneficiosa para todos, xa houbo accidentes, non poden pasar dous coches e cando o fai  un autobús con turistas é perigoso", señala Tino Lorenzo, de la asociación de Loña do Monte.

No se creen la excusa de los árboles. "Son pinos de Oregón, planteinos eu co pai, entre os anos 72 e 76. Nin autóctonos nin centenarios", asegura Enrique Carballo, de la asociación de Gomariz. "Tenemos los permisos de Patrimonio, adaptamos el proyecto a lo que pidieron. El padre tenía el pazo y la finca de maravilla, ahora está abandonado. Ardería todo si pasa algo, hay muchos eucaliptos", añade el alcalde.  Carballo señala que "está abandonado" y que Moreiras difunde "bulos" sobre el futuro del monasterio, cuando "está a máis dun kilómetro e nin a estrada é a que vai a Rocas". 

Intereses económicos

"Dañaron el Camino Real, los muros... Lo que pasa es que quieren vender a la Diputación la finca, que está abandonada, pero piden millones. Dicen defender el patrimonio y tienen todo así", lamentan en Lobaces. En un principio hubo gente que se puso de lado de Moreiras, porque pensaban que la tala era en la explanada del monasterio, pero después se dieron cuenta de la realidad: "Solo intentaron aprovecharse". Enrique Carballo asegura que "todos os veciños están de acordo coa obra", al igual que sus homólogos en Loña do Monte o Lobaces: "Todos los pueblos ayudaron a la familia Moreiras, deberían estar agradecidos, pero algunos solo buscan dinero, no tienen interés en conservar nada de patrimonio, ni a la finca le tienen cariño". 

El denunciante taló mil árboles en 2013
Las asociaciones de vecinos de Lobaces, Gomariz, A Cernada y Loña do Monte han presentado un escrito en la Diputación para exigir que se ejecute la ampliación de la carretera  y acusan a los miembros de la familia  de dañar el Camiño Real y cortar un millar de árboles en 2013, lo que daría cuenta de sus intereses. "Somos os primeiros interesados en conservar o patrimonio  e as masas forestais, pero a ampliación da estrada é de necesidade ", dice Tino Lorenzo. "Non me cabe na cabeza que ecoloxistas e partidos se presten a iso", añade Domingo Gómez, que se pregunta "onde estaban cando no 2013 fixeron unha entresaca na plantación de piñeiros na que cortaron máis de mil unidades de distintas especies".  Además, recuerdan que cuando se tramitaba el plan de urbanismo de Esgos, la familia intentó que el entorno de la casa fuese urbanizable "polo que non lles interesa o máis mínimo as árbores". 

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