La situación del edificio okupado en Hernán Cortés es, para muchos vecinos, otro de los síntomas del abandono “generalizado” de la zona sur del Casco Vello de la ciudad -desde la Praza Maior hasta el Xardín do Posío-.
El número de bloques abandonados sigue creciendo, al igual que los bajos comerciales vacíos y las pintadas en las puertas y fachadas. “Las pintadas en esta zona son un cáncer que viene de muy atrás, pero a los políticos no les preocupa, parece que el Casco Vello termina en la praza do Trigo”, asegura un vecino. De hecho, en la zona aledaña a la vivienda okupada hay una fachada apuntalada, así como un bajo abandonado dentro del que se pueden encontrar bicicletas, mochilas y restos de basura.
Desde la asociación O Cimborrio reclaman desde hace tiempo la implicación de las administraciones en el cuidado del Casco Vello, y recuerdan la importante pérdida de población a causa del abandono y de la sensación de inseguridad creciente.