El viaducto sobre el Barbaña ya asoma en la variante exterior

Vista del último pilar del viaducto en el lado de Seixalbo con la boca oeste del túnel de Rante al fondo. (FOTO: FJ GIL).
photo_camera Vista del último pilar del viaducto en el lado de Seixalbo con la boca oeste del túnel de Rante al fondo. (FOTO: FJ GIL).
Con 356 metros de longitud y 41 de altura máxima, conecta el túnel de Rante con Seixalbo

Los pilares del viaducto que llevará la variante exterior de la línea de alta velocidad sobre la N-525 y el río Barbaña, muy cerca del polígono industrial de Barreiros, ya asoman, tras un complejo trabajo de desmontes y preparación de los caminos de acceso para que la maquinaria y camiones pudiesen acceder a aquellos puntos a partir de los cuales se levantan los ocho pilares que soportarán el tablero del viaducto por el cual pasarán los trenes de alta velocidad. La obra forma parte del segundo subtramo, túnel de Rante-conexión Seixalbo, que fue adjudicado a Rover Infraestructuras por algo más de 22,68 millones de euros y un plazo de ejecución de 26 meses. Se trata de la obra más relevante de este subtramo, de 2,3 kilómetros de longitud, y también la de mayor dificultad pues salva, sucesivamente, la carretera Nacional 525 con sus vías de servicio de acceso al polígono de Barreiros y el curso del río Barbaña.

El viaducto está condicionado por el abrupto desnivel que se produce desde su punto de arranque, a la salida del túnel de Rante en su boca oeste hasta el cauce del Barbaña, lo que obliga a pilares que llegan a superar los 41 metros de altura. También está condicionado por los elementos de carácter ambiental, como la protección de la vegetación de ribera del citado río, lo que obliga a áreas de mayor luz entre pilares para sortear no solo la carretera y sus viales de acceso y el propio río, sino también su entorno. Ese condicionante ambiental también supuso una dificultad adicional para la construcción de los caminos de acceso a los puntos en los que serían situados los pilares, primero para construir sus cimentaciones y luego para iniciar su alzado, ya que entre la vegetación de ribera y el pilar más cercano tiene que haber una distancia superior a diez metros.

Encofrado

Desde la N-525, mirando hacia la derecha si se viaja en dirección a Ourense, se puede observar cómo van elevándose los primeros pilares del viaducto. En el sistema constructivo se sigue el método de encofrado trepante, en el que los elementos que contienen el hormigón con el que se construyen estos elementos se va elevando a medida que se consolida cada tramo en altura de cada pilar. El viaducto tiene una longitud de 356 metros. Las luces (distancia entre pilares) son de 43 metros entre los cinco primeros pilares y 40 entre los tres siguientes. Entre los pilares extremos a cada lado y el respectivo estribo es de 34 metros en el lado de Rante y 30 en el de Seixalbo.

Una vez finalizados los pilares, la siguiente fase constructiva corresponde al tablero, de 13,6 metros de ancho, de hormigón pretensado in situ cuya ejecución se realizará mediante una autocimbra, avanzando vano a vano. La ejecución del viaducto sobre la N-525 y el Barbaña consumirá aproximadamente una quinta parte de la totalidad del presupuesto del subtramo, según los datos del proyecto constructivo, a mayores del desbaste de la montera sobre el túnel de Áspera, donde finaliza el viaducto en su aproximación a Seixalbo y que requerirá de un refuerzo del mencionado túnel para que pueda soportar el peso de dicha estructura. Las otras estructuras singulares del tramo son dos viaductos de mucha menor entidad (54 y 30 metros).

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