Víctor López-Rúa, que acaba de abrir su estudio de pintura en la ciudad, trabaja ya en su próxima exposición en Madrid, que será a principios de 2 en la Galería Sen.
¿Cómo ve López-Rúa su propia obra?
Mis emociones se proyectan sobre un espacio interior, donde se desarrolla un mundo propio con sus leyes, un universo autárquico, en el que es muy importante el suelo, como un espejo donde se desdobla la realidad.
¿Cómo ve López-Rúa su propia obra?
Mis emociones se proyectan sobre un espacio interior, donde se desarrolla un mundo propio con sus leyes, un universo autárquico, en el que es muy importante el suelo, como un espejo donde se desdobla la realidad.
¿Siempre es una pintura de interiores?
Trabajo con metáforas orgánicas. Por ejemplo, en el cuadro titulado Río de Luz es como si pintara los reflejos de Monet en su Jardín de Giverny. Veo todos los rincones interiores como paisajes de mis emociones.
¿Qué recursos utiliza?
La pintura figurativa en grandes formatos. Son óleos sobre lienzo o tabla. Es como me siento cómodo. El gran tamaño me permite hacer temas informalistas en la expresión, trabajar más la expresión con la pincelada. A parte de basarme en la realidad, uso el lenguaje del gesto pictórico.
Inició sus estudios en A Coruña y los perfeccionó en el Instituto Lorenzo de Medici de Florencia. Quince años después, ¿cuáles son sus referentes?
En Italia, también trabajé un año con el pintor de Mesina Nino La Barbera, en Roma. Me gusta Vuillard, Vermer, Freud y Balthus. De los gallegos, me quedo con Jorge Castillo.
¿Qué importancia tiene la técnica?
Mucha. Para profundizar en los temas hay que estudiar y conocer el significado de la pintura, ver muchos cuadros y tener tu museo ideal en la cabeza.
¿Cómo mira López-Rúa?
Me fijo en el calor del colorido, en el sentido estético de las cosas, en lo sofisticado.
¿En qué se inspira?
En mi entorno cotidiano. No es la musa clásica. Es mi mujer, a la que obligo a posar muchas horas, mis amigos o la familia. Aunque parto de alguna foto, pinto del natural. El aire del cuadro hay que buscarlo delante del modelo. También uso maniquíes para la ropa; pero las manos y los rostros los tengo que terminar a partir del natural.
¿Todo vale en el arte?
No, siempre hay una selección de calidad. De todas formas creo que se ha impuesto la novedad por la novedad y se ha olvidado que la novedad nace de una tradición. Creo que hay que mirar a la cultura clásica para ir hacia adelante. Hoy se confunde un poco lo original con el espectáculo, y uno es original porque es uno mismo. Hoy hay mucho de espectáculo. Con todo, hay un poso, que es lo más importante.
Y usted recurre a la técnica tradicional.
El arte también existe antes de finales del siglo XIX y no tienen que ir a él solo los historiadores. Un pintor actual tiene que retroceder en el tiempo, sin que tenga nada que ver con lo contemporáneo o no de una obra. Bill Viola se basa continuamente en la Edad de Oro de la pintura española y su obra es contemporánea.
