RESERVA DE LA BIOSFERA

Xurés, donde anida la esperanza

Las águilas reales vuelven a reproducirse en esa reserva natural tras décadas después de su extinción en la provincia.

Distribuidas entre la Reserva Parque Natural Baixa Limia- Serra do Xurés en la provincia de Ourense y el Parque Nacional Peneda- Gerés en Portugal, las casi 270.000 hectáreas que alcanzan, pueden parecer una superficie vasta e inabarcable. A vista de pájaro, de águila real en concreto, se presentan sin embargo como un hábitat ideal, se diría acogedor incluso, capaz de dar cobijo a una especie formidable, que no conoce de fronteras humanas, y que poco a poco ha conseguido hacerse un sitio a base de mucho esfuerzo y dedicación.


Ante el sinuoso y pausado camino que la naturaleza ha empleado para conseguir lo que la Reserva representa hoy en día, se antoja breve el tiempo humano que se ha invertido en su reconocimiento mundial. Declarado parque natural en 1993, da un salto de gigantes al viajar en 2009 hasta el seno de la UNESCO y volver con el rótulo de Reserva de la Biosfera, un hito cualitativo sin comparación.

Un espacio único

Describir las principales características de un entorno único como el que supone el enclave Xurés-Gerés resultaría laboriosa tarea. La mejor forma de aprehender éstas es de un modo ostensivo: recorrer los espacios de la Reserva, permite valorar lo que inventarios y descripciones apenas alcanzan burdamente a compilar. Tal vez atraídos por este entorno, los romanos hicieron pasar por ella el trazado de su 'Vía Nova', arteria de comunicación que enlazaba Braga con Astorga, importante hito para el ordenamiento del territorio.


Sus características orográficas, montañas imponentes ante una superficie aplanada en la que la acción de los ríos ha supuesto un importante condicionante, hacen de la reserva en un espacio ideal para convertirse en el hábitat de numerosas especies de fauna, que encuentran un nicho ideal. Supone, en términos cuantitativos, que la reserva sea un espacio que presenta una elevada biodiversidad, en comparación con otros entornos, tanto a nivel de Galicia como al de la propia Europa. Tan sólo un ejemplo puntual: 41 mamíferos componen la lista de especies, todas ellas autóctona, lo cual constituye el 65% del total gallego. No es de extrañar que sea el espacio idóneo para la introducción del águila real: las aves encuentran este espacio como ideal: 151 especies viven temporal o permanentemente en la zona de la Baixa Limia, el 76% del total en Galicia.

Nuevos vecinos

Queixa, Leboreira y Jara, decididos caracteres femeninos ,llegaron a la reserva junto a Toupa, más sosegado, en 2010 desde su Toledo natal. Aquel verano les acompañó Ana, madrileña de Majadahonda. Un año antes lo hizo Verea; en 2008 el turno fue para Eufemia, y en 2007 Lobios hizo su llegada. Nombres todos muy humanos, tomados incluso de los topónimos propios de la zona, para una serie de nuevos vecinos, sublimes, que han llegado para buscar quedarse y expandir su familia: el águila real. Los números del esfuerzo llevado a cabo son elocuentes: 18 ejemplares liberados en la zona desde el año 2001 hasta la actualidad. La reinserción es una labor complicada, en la que se emplea un método de 'crianza campestre' o 'hacking', según su nombre en inglés, una compleja labor que requiere de una enorme dedicación, y que busca evitar que el animal se habitúe anormalmente a la presencia humana, creándole una dependencia que en su vida adulta impida un normal desarrollo y adaptación natural al medio ambiente.


La superficie y el hábitat de la Reserva del Xurés son ideales. Incluso un trágico detalle demuestra la capacidad tan amplia de movilidad que tales animales poseen: un desaprensivo cazador hirió a Eufemia, que se encontraba en Salamanca en ese momento, explorando al máximo su capacidad dispersiva y de adaptación al medio. La forma en que es posible el minucioso seguimiento de los animales -en el caso de Eufemia, incluso, ha salvado su vida- obedece al empleo de monitorización y seguimiento por medio de dispositivos GPS desde hace cuatro años, y transmisores de señal VHF (menos precisos y eficientes) al inicio del programa.

Convivencia

El caso de Eufemia, víctima de un ataque en una jornada de caza, revela hasta que punto la convivencia entre especies es tarea árdua. El programa de reinserción del águila incluye, además de la compleja labor de cría, la concepción de una ecología mas amable con estas especies, por ello se actúa sobre los tendidos eléctricos potencialmente peligrosos, o contra una de las principales causas de su mortalidad: el empleo de venenos. Todo ello busca garantizar el éxito del programa, alcanzando así que un entorno como el de la majestuosa reserva, se vea coronado con el sobrevuelo, silencioso y solemne, de una especie única que lucha por ocupar tal vastedad.


Los resultados ofrecen a día de hoy una perspectiva positiva desde un punto de vista cuantitativo. El conteo de águilas en Ourense muestra un abanico generoso: en la reserva del Xurés se encuentran ya cuatro parejas; en la zona de Arnoia una o dos "flotantes" -que buscan territorio-; entre A Gudiña y A Mezquita, dos parejas; en el Macizo Central entre tres y cuatro; en el oriente ourensano cuatro; y en el Parque Natural Serra Enciña da Lastra, una. Tan solo queda esperar ahora a que el instinto siga su esperado curso y que estas parejas encuentren apropiado el entorno para procrear de un modo exitososo. De momento el censo se reporta positivo: dos nuevas crías han nacido ya a partir de los animales liberados. Al parecer, la Reserva del Xurés es, además de un entorno impresionante y cautivador, un buen lugar para el amor.

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