Partimos de la base de que los frutos secos son un grupo de alimentos maravillosos por su composición nutricional: fuente de energía, proteína vegetal, hidratos de carbono de absorción lenta, grasas saludables, fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes.
Por otra parte, son alimentos que podemos consumir de muchas formas y en diferentes elaboraciones, tanto dulces como saladas.
Los frutos secos al natural sería la mejor forma de consumirlos para así beneficiarnos de todas esas propiedades, pero también podemos alternar su consumo con opciones tostadas (el mayor inconveniente es la pérdida de grasas y antioxidantes y por eso recomendamos consumir de ambos tipos) que tienen un sabor más intenso, un toque más crujiente y en muchos casos gustan más que al natural. Es importante fijarse en los ingredientes porque en muchas ocasiones, los frutos secos tostados llevan sal añadida y esto sí que deberíamos evitarlo.
