La leche de vaca entera es un excelente alimento en el contexto de una alimentación infantil equilibrada.
No es recomendable ofrecer a los más pequeños leche desnatada antes de los cuatro años. La leche entera es la mejor opción para incluir en la alimentación de los niños, particularmente en esta edad, por su valioso aporte en nutrientes para el crecimiento.
La composición nutricional de la leche entera permite soportar adecuadamente las necesidades de proteínas, grasa, vitaminas y minerales de los más pequeños. La toma de 2 tazas o vasos (200 -250 ml) de leche entera al día cubre los requerimientos proteicos y grasos.
Si bien los lácteos en su versión desnatada conservan la misma proporción de proteínas, azúcares y calcio que la entera, su contenido en lípidos es nulo. Las grasas son un nutriente fundamental junto con las vitaminas que están disueltas en ellas, como las vitaminas A y D, elementales para el proceso de formación ósea.
Reemplazar sin justificación el consumo de leche entera por leche baja en grasa puede poner en riesgo de malnutrición a los niños menores de 4 años. Las leches descremadas o las leches vegetales no enriquecidas, son por lo general, pobres en proteína, grasa y vitaminas, por lo que no resultan nutricionalmente adecuadas para niños pequeños, que toman porciones reducidas del resto de alimentos con buenas proteínas, como carnes, pescados y huevos. En esta fase de progresión alimentaria en la que pueden quedar alimentos de calidad por incorporar a la dieta, conviene mantener el consumo de alimentos nutritivos.
Por otra parte, la escasa saciedad de las leches sin grasa, puede favorecer que los niños tomen más cantidad de esta bebida baja en nutrientes (aparte del agua) y esto a su vez, pudiera desplazar el hambre y promover el consumo de alimentos poco nutritivos.
Ahora bien, en casos especiales en los que existiera un riesgo asociado de enfermedad como hipercolesterolemia, enfermedad cardiovascular u obesidad y fuese necesario limitar la cantidad grasa de la dieta del pequeño, se podría justificar la opción desnatada en un menú infantil, siempre supervisado y diseñado para suplir los requerimientos nutricionales.
Las recomendaciones diarias de consumo de lácteos en la edad infantil se establecen en 2 vasos de leche o bien en alternativas como:
1 vaso de leche y 2 yogures
1 vaso de leche y 1 cuajada
1 vaso de leche, 1 yogurt y un trozo de queso.
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