Os animamos a hacer este reto para que descubráis cómo el momento de comer puede ser una experiencia maravillosa y muy especial. Es sencillo pero requiere que dediques tiempo y atención. Tenemos cinco sentidos que se pueden disfrutar con la comida: gusto, vista, oído, olfato y tacto.
En caso de que alguno no funcione correctamente o falte, podemos centrarnos en los demás.
- Vista: dedicar un ratito a observar lo que vamos a comer (forma, colores), poner bonito el plato, la mesa, … lo hará mucho más agradable y especial.
- Olfato: la comida puede ser muy placentera a través de sus aromas y es por ello que dedicarle un ratito a percibirlos es estupendo. Proponemos que oláis con los ojos cerrados y así lo viváis mas intensamente.
- Oído: prestar atención a los sonidos al partir algún alimento concreto como una onza de chocolate, el crujido al masticar una manzana, una zanahoria cruda o una patata crujiente, … puede resultar muy placentero.
- Tacto: este sentido no siempre lo utilizaremos, dependerá de lo que vayamos a comer, pero siempre que puedas utilizar tus manos, presta atención: al tacto suave de un melocotón, a las rugosidades y forma de unas palomitas, a coger con las manos una alita de pollo o pelar una gamba… hazlo con atención. Gusto: le toca el turno al sentido por excelencia con la comida. Seguro que somos más consientes de disfrutar del gusto pero es probable que si se come rápido, con poca atención y piloto automático, hayamos dejado de lado prestar atención plena a los matices de los sabores de lo que comemos. Observa, toca, huele, escucha y saborea. La comida es un placer.