Consejos de verano: platos sencillos, alimentos ricos en agua y productos de temporada

Pensar en verano, para unos es retrotraerse al sol, la playa y la arena mientras que otros prefieren el campo y la piscina, pero sea cual el lugar preferido de veraneo hay recuerdos que son comunes para todos. Entre ellos, pensar en ensaladillas, helados o granizados como acompañamiento a nuestros días de vacaciones. En verano nuestras preferencias cambian porque ni nos apetece comer lo mismo que en otros momentos del año, ni deberíamos hacerlo. Alimentarse correctamente es esencial para que funcione bien nuestro organismo y para prevenir el desarrollo de enfermedades, pero el papel de una buena alimentación va mucho más allá de ello. Las reuniones entre amigos y familiares son una constante de todos los veranos y en ellas la alimentación constituye una parte esencial del encuentro. A diferencia de otras estaciones, el verano acostumbra a presentarse como una temporada más relajada, pero aun así no debemos bajar la guardia. Hidratación La AESAN, Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, emite anualmente un listado de consideraciones a tener en cuenta en verano en lo que a alimentación respecta. Y es que más allá del riesgo de deshidratación, una de las problemáticas más frecuentes, las intoxicaciones alimentarias también se hacen notar en esta época del año. Bajo el término de “toxiinfecciones” se recogen todas aquellas enfermedades que se producen como consecuencia de la ingestión de alimentos contaminados. Entre las más frecuentes, y con una ventaja sustancial a las otras integrantes del listado, se encuentra la mala conservación de los alimentos. Por lo tanto, si queremos prevenir la situación debemos asegurarnos de que nuestras neveras y refrigeradores funcionen adecuadamente. Cuidar la higiene en la cocina y atender meticulosamente a los métodos de cocinado que deben emplearse en los platos que pretendemos preparar completan, resumidamente, el resto de consideraciones. Marisol López Reyes, nutricionista y colaboradora asidua de La Región, sostiene que “lo fundamental es adaptar nuestra dieta al clima y a nuestra rutina”. Es decir, no es necesario realizar cambios drásticos respecto a otras estaciones, pero sí modificarlos en función de la temporada. Partiendo de esa premisa, López Reyes ofrece tres consejos que considera esenciales para seguir disfrutando de la comida saludable durante el verano. Son tres premisas indispensables, desde darle preferencia los productos frescos de temporada a preparar comidas más livianas que en el invierno o mantenerse hidratados. Prioriza los productos frescos y de temporada Los nutrientes que contienen los alimentos de temporada son precisamente los que más necesita nuestro cuerpo en verano, según la nutricionista Marisol López Reyes. De ahí que por cada temporada se priorice el consumo de unos productos concretos. Además, al consumir los productos de temporada apoyamos indirectamente a los productores locales y nacionales de dichos alimentos y directamente a nuestros bolsillos. Consumir productos que no pertenecen a la temporada del año en la que nos encontramos supone, la mayoría de las veces, tener que traerlos de fuera. Y, por lo tanto, sumar gastos de producción y logística que terminan afectando al coste final y haciéndolo más caro. Aligera el contenido de las comidas y cenas Perder apetito en verano es un fenómeno muy común en verano. Esto se debe, mayoritariamente, a que nuestro cuerpo se enfrenta a nuevos estímulos que lo aturden y centran su atención en otros procesos corporales. En otras palabras, en verano el calor le roba la humedad al organismo y esto hace que este centre sus esfuerzos en él. En consecuencia, tenemos menos apetito, pero ello no significa que debamos descuidar nuestra alimentación. Al contrario, debemos adaptarlo, tal como recomienta la experta en nutrición Marisol López. Las ensaladas y ensaladillas son dos buenos ejemplos de platos saludables y ligeros que resultan perfectos para la temporada veraniega. Mantenerse hidratados es fundamental La deshidratación es uno de los principales riesgos alimentarios del verano. Al contrario de la creencia popular de que para estar hidratado hay que beber líquidos constantemente, también podemos consumir alimentos ricos en agua. Las frutas y verduras son dos buenos aliados tanto para mantenernos hidratados, como para ser el ingrediente principal de platos simples, frescos y ligeros. El gazpacho y las sopas frías integran también la lista de recetas que son saludables y que te mantienen hidratado. Disfrutar de la comida y de la compañía son en realidad los verdaderos imprescindibles del verano, pero para hacerlo aún mejor, siempre podemos aplicar lo que hemos aprendido.