El Instituto Galego de Consumo (IGC) realizó 93.500 actuaciones de control de productos este año y notificó 108 a la red de alerta, de los que 100 presentan un riesgo grave, indicó la gerente del IGC, María Jesús Muñoz Chesa, y la directora xeral de Comercio, Nava Castro. Fue en la campaña de inspección para Navidad, durante la que el IGC tiene previsto intensificar su labor y hacer una treintena de controles sobre juguetes y guirnaldas luminosas, dado que la adquisición de estos productos aumenta en estas fechas, explicaron.
Este año la atención en el campo de los juguetes se centrará en los teledirigidos y los destinados a niños menores de tres años -el año pasado se estudiaron fundamentalmente los de madera y los de arrastre-. Los resultados se conocerán en enero, pero el balance del año 2010 muestra que cuatro de los productos analizados -nueve juguetes de madera, 12 de cuerda y 16 adornos luminosos- suponían un riesgo grave. En lo que va de año, expuso Nava Castro, se acometieron 93.500 actuaciones de control, de las que la mayoría fueron sobre la seguridad de productos industriales.
Además, destacó que Galicia está a la cabeza en control de productos de consumo y que en 2010 notificó a la red de alerta 87 elementos. En el actual ejercicio son ya 76 y, de ellos, 22 son juguetes. En cualquier caso, Castro apuntó que no se trata de que Galicia tenga más objetos no seguros en el mercado, sino que hace más análisis.
La gerente del IGC María Jesús Muñoz Chesa, por su lado, explicó que los datos de procedencia de los productos referidos a 2011 no están disponibles todavía, pero el año pasado el 90% de los que presentaban riesgos procedían de países asiáticos.
Además, destacó que Galicia está a la cabeza en control de productos de consumo y que en 2010 notificó a la red de alerta 87 elementos. En el actual ejercicio son ya 76 y, de ellos, 22 son juguetes. En cualquier caso, Castro apuntó que no se trata de que Galicia tenga más objetos no seguros en el mercado, sino que hace más análisis.
La gerente del IGC María Jesús Muñoz Chesa, por su lado, explicó que los datos de procedencia de los productos referidos a 2011 no están disponibles todavía, pero el año pasado el 90% de los que presentaban riesgos procedían de países asiáticos.
