Más del 65% proviene de familias cuyos ingresos no son superiores a los 1.500 euros mensuales

Los hijos de inmigrantes se ven más integrados que sus padres

Un grupo de mujeres inmigrantes asiste a una clase práctica durante un taller de cocina.
El proceso de integración social y cultural de los inmigrantes de segunda generación -jóvenes nacidos en España de padres extranjeros o traídos al país antes de los 12 años- es lento pero constante y gradual, lo que se demuestra en que casi el 50% de ellos se considere español.
Según desvela la Investigación Longitudinal sobre la Segunda Generación en España, elaborada por el Instituto Universitario Ortega y Gasset y la Universidad de Princenton, el sentimiento de integración de los hijos de los inmigrantes que llegaron a España en los 90 ha aumentado significativamente en los últimos años, pasando de un 28,7% en 2008 al 48,3% en 2012.

En concreto, hay diferencia entre los que han nacido en España (80%) frente a los que han llegado a edades tempranas, entre los que el colectivo que más se identifica con el país son los filipinos, seguidos de los búlgaros. Sólo los jóvenes bolivianos y chinos muestran una tendencia significativamente menor a identificarse como españoles.

El 80% de los participantes en el estudio continúan en el sistema escolar; más de un tercio de ellos se encuentra aún 'luchando' por completar la secundaria básica; un 45% está completando el bachillerato o la formación profesional de nivel superior y un 5% ha logrado acceder a la universidad.


ASPIRACIONES LABORALES

Los hijos de extranjeros comparten con los jóvenes españoles sus aspiraciones respecto a los estudios y el empleo. Así, un 68% de jóvenes de segunda generación -un 71% de los nativos- aspira a un título universitario, aunque sus expectativas de conseguirlo son menores: sólo un 57 por ciento espera realmente acceder a la universidad.

Esta similitud no se extiende a la situación económica de las familias pues el 66% de los hijos de inmigrantes provienen de familias cuyos ingresos no superan los 1.500 euros mensuales y el 37% vive en hogares que disponen de menos de 1.000 euros al mes, frente a los autóctonos, de los cuales sólo una cuarta parte debe subsistir con menos de 1.500 euros de ingresos mensuales.

Rosa Aparicio, uno de los autores del estudio, destacó que pese a que estas cifras no indican una situación de pobreza extrema, sí ponen de manifiesto las 'muy modestas' circunstancias que tiene que afrontar la mayoría de los jóvenes de segunda generación.

En cuanto al desempleo, los hijos de los inmigrantes tampoco distan mucho de los españoles: aproximadamente el 16% de los primeros se declaran desempleados y un 14% de los segundos.

Rosa Aparicio y Alejandro Portes,los autores del informe, insistieron en que los jóvenes de segunda generación se están integrando 'de forma positiva' porque la población española ha sido 'sumamente acogedora', pero la investigadora ha advertido de que este proceso podría variar. Y ello, alertan los expertos, debido a que las ayudas otorgadas a este colectivo 'están disminuyendo considerablemente' como consecuencia de la crisis económica y a que la población nativa 'sufre cada vez más los recortes'.

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