Lucía Pérez, la primera gallega que representará a España en Eurovisión, afirmó ayer que su objetivo es 'conseguir que España vuelva a estar en los puestos de los que nunca debió salir'.
La joven, de 25 años, regresó ayer por la tarde 'emocionada' a su casa paterna de Goo, en O Incio (Lugo). Tras haber arrasado entre los votantes de la audiencia de TVE en lo que fue la gala definitiva para elegir al representante español, Lucía quería reencontrarse con los suyos y disponer de tiempo para relajarse y dormir. Pero no pudo ser, ya que tuvo que prolongar la fiesta que ya había tenido ocasión de vivir en Barcelona. Los representantes de su club de seguidores, sus vecinos, la familia y el alcalde, le habían preparado una fiesta sorpresa.
'Tanto coche no es normal aquí', comentó Lucía nada más llegar y siendo desconocedora de lo que le esperaba en uno de los porches de la vivienda. Los organizadores habían procurado que en el exterior apenas hubiera signos que delataran lo que tenían preparado. Una charanga interpretó el himno gallego, el mismo que la propia cantante versiona en su último trabajo discográfico, y el mismo que interpretó el día en que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, tomó posesión de su cargo. 'No sé que decir', balbuceó entre lágrimas, que pronto se convirtieron en lloros de alegría cuando comenzó a abrazarse a su familia.
'Tanto coche no es normal aquí', comentó Lucía nada más llegar y siendo desconocedora de lo que le esperaba en uno de los porches de la vivienda. Los organizadores habían procurado que en el exterior apenas hubiera signos que delataran lo que tenían preparado. Una charanga interpretó el himno gallego, el mismo que la propia cantante versiona en su último trabajo discográfico, y el mismo que interpretó el día en que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, tomó posesión de su cargo. 'No sé que decir', balbuceó entre lágrimas, que pronto se convirtieron en lloros de alegría cuando comenzó a abrazarse a su familia.
