Un terapeuta afirma que los agresores en el ámbito doméstico deben descubrir por qué agredieron y asumir sus actos

El coordinador y psicólogo de Amikeco, Roberto Osle, ha explicado que el objetivo de las terapias que esta asociación ofrece a agresores en el ámbito doméstico es que ‘descubran qué les ha llevado a actuar utilizando la violencia y asuman la responsabilidad de sus actos’.
La Asociación para la Promoción de la Relaciones Humanas, Amikeco, creada en 1988 en Bilbao, ofrece desde 2004 en sus centros de la capital vizcaína y Madrid terapias psicológicas a personas ‘involucradas en episodios de violencia dentro de la familia, sobre todo la que ejercen los hombres hacia las mujeres’.

Roberto Osle ha indicado que, desde que se iniciaron las terapias, más de medio centenar de agresores han sido tratados en Bilbao por cuatro psicólogos y una educadora social de la asociación.

Para reducir este tipo de violencia ha considerado que, además de la prisión y órdenes de alejamiento, ‘hacen falta otras soluciones, entre ellas trabajar directamente con el agresor’.

Según ha asegurado el psicólogo, la mayor parte de los hombres asiste ‘voluntariamente’ a la terapia, aunque algunos llegan derivados de Instituciones Penitenciarias y de Ayuntamientos.

Osle ha destacado que al centro acuden agresores de todas las edades y niveles culturales pero, según ha matizado, hay características que comparten.

Ha detallado que ‘se ven de repente con una orden de alejamiento, fuera de su hogar y al principio no son conscientes de lo que ha sucedido. Además, suelen tener incapacidad para comunicarse y concretar lo que sienten’.

La terapia se realiza en grupo, aunque algunos casos se refuerzan con sesiones individuales, y su duración es de hora y media a la semana durante un mínimo de seis meses.

‘Existe un mínimo de tiempo para completar la terapia, pero no un máximo. Algunos hombres llevan con nosotros varios años porque tanto ellos como nosotros lo hemos considerado necesario’, ha remarcado Osle.

Así Andrés, un vizcaíno al que un juez dictó una orden de alejamiento tras dos denuncias de su ex mujer por malos tratos psicológicos, asiste a las sesiones de Amikeco desde hace tres años y medio.

Andrés ha explicado que decidió acudir a la terapia ‘por voluntad propia’ ya que ‘era consciente de que tenía un problema’ y, aunque durante el tratamiento ha tenido ‘altibajos’, ha considerado que está siendo ‘bastante útil’.

‘Me ha ayudado bastante y no tengo ninguna intención de dejar el programa, porque me sigue aportando conocimientos sobre mí, en el plano de la violencia y en otros muchos’, ha remarcado.

Mientras, el coordinador de Amikeco ha indicado que al inicio de la terapia es necesario que los agresores ‘buceen en su historia personal, averigüen qué modelos tuvieron de niños, qué tipos de violencia hay y qué factores la precipitan’, para que después puedan adquirir recursos para relacionarse con los demás ‘de un modo adecuado’.

La última fase de la terapia pretende que el agresor adquiera ‘responsabilidades con un estilo de vida diferente’, ha indicado el especialista.

Para superar estas fases, ha dicho Osle, junto a la terapia verbal son habituales ‘prácticas de relajación, dramatizaciones, ejercicios para trabajar las ideas distorsionadas, la empatía y la escucha’.

‘Algunos hombres vienen aquí de paso, simplemente a cumplir porque tenían una orden, pero no lo aprovechan. Estos son los que recaen enseguida’. Sin embargo, según ha destacado el psicólogo, ‘otros aprovechan la terapia, se implican desde el principio y ponen todo lo que tienen’.

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