Verduras del mar y aceite de oliva, nuevos aires de Galicia

La riqueza gastronómica gallega va mucho más allá del albariño y el marisco como bien atestiguan en el XXIV Salón Internacional del Club de Gourmets las verduras del mar, o algas, y el aceite de oliva, ingredientes 'made in Galicia' que llegan pisando fuerte.
Son dos de las propuestas más sorprendentes de la zona gallega presente en la feria profesional de novedades culinarias y productos delicatessen celebrada en Madrid, pero no las únicas. Por supuesto, no podían faltar los tradicionales mejillones, el pulpo, las vieiras, los ribeiros, los quesos y las conservas.

Pero las tapas con algas o el té a base de verduras del mar llaman la atención al visitante, aún poco acostumbrado a considerar los vegetales marinos como parte de su dieta.

Pero las algas aportan fibras, vitaminas y minerales, además de texturas, colores y sabores inéditos en la cocina, ha explicado a Efe Rosa María Mirás, portavoz de Porto-Muiños, empresa investigadora y comercializadora de estos alimentos.

En la costa gallega existen 600 variedades de algas, todas ellas comestibles, y ahora hay 22 de ellas en el mercado, tanto frescas como deshidratadas (liofilizadas), preparadas (arroz con algas e infusiones de algas) y combinadas con otros alimentos en tapas.

Así, ya hay latas de mejillones en salsa brava con algas, de pimientos de piquillos con algas y de endivias con nueces y algas. También se elaboran pastas, gelatinas, tartares y ensaladas con estos vegetales.

Las variedades más conocidas son la lechuga de mar (con intenso sabor a mar), nori (con sabor a oblea), espagueti de mar (que recuerda a la judía fresca), wakame (con suave sabor a mar), kombu (yodado y ligeramente ahumado), kombu de azúcar (con suave sabor a mar algo dulce) y musgo de irlanda (con sabor a crustáceo).

Porto-Muiños, que tiene un blog y una cuenta en Facebook para divulgar los usos gastronómicos de las algas, investiga nuevas formas de explotación en cultivos de las verduras del mar para que sigan siendo un recurso sostenible cuando su utilización se generalice.

Al igual que muchos son ajenos a la riqueza vegetal marina, pocos sabrán que en las comarcas gallegas de Monterrey, Valdeorras y Quiroga hay plantaciones de olivos autóctonos de hasta 600 años y cuyas aceitunas han venido aprovechando históricamente los vecinos de la zona para producir aceite casero.

Ahora, la empresa Olei se ha propuesto recuperar esa tradición olivarera de Ourense y Lugo y ha puesto en el mercado un aceite de oliva virgen 'premium extra'.

Envasado en una botella de cristal digna de un perfume, este aceite es el resultado de una mezcla de olivas gallegas ideal para combinar con pulpo, pescados, ensalada y pasta fresca, según sostiene la directora de la empresa, María Estévez.

Su sabor es suave, tiene alguna nota de plátano y deja un 'retrogusto' intenso. Además, la recogida temprana de las aceitunas hace que en nariz destaque el verdor del aceite.

Dirigido al canal gourmet de alta gama, el precio de la botella de Oleise acerca a los 20 euros.

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