La Guardia Civil ya localizó a la mujer e intenta encontrar a su compañero en Bilbao para cerrar el crimen de Viana

Buscan a una pareja que estuvo cerca del lugar en donde murió Montserrat

Dos vecinos de Viana informandose sobre la detención
La investigación para esclarecer la muerte de Montserrat Martínez no finalizó con la detención del homicida confeso, Manuel Mouriño Faria, que desde el miércoles permanece en prisión tras prestar declaración en el Juzgado de Instrucción de Trives.
Los agentes de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Ourense continúan las pesquisas y en los próximos días podrían detener a otras dos personas, que eran pareja cuando se produjeron los hechos. Ambos son naturales de Viana y la Guardia Civil ya tiene localizada a la mujer, que reside en ese municipio , y ahora busca en Bilbao al que fue su novio en abril de 2001.
Esta pareja ya fuera interrogada por la Guardia Civil a los pocos días de ser hallado el cadáver de la joven entre unas zarzas en el paraje conocido como 'Cabo da Vila'. Los agentes le tomaron declaración, junto a otros muchos jóvenes del
Concello que habían salido de copas esa madrugada.

En los interrogatorios acaecidos hace nueve años, nadie reconoció haber estado en los 'Jardines' -lugar frecuentado por las parejas- en el espacio temporal en que pudo fallecer la joven (5-6 horas).

Entonces, aseguraron no haber visitado el lugar, pero Manuel Mouriño, durante su declaración ante la jueza de Instrucción de Trives y a la hora de reconocer los hechos, situó a una pareja minutos antes en el entorno. Es más, llegó a dar un nombre.

La Guardia Civil tiene previsto interrogarlos y no da por concluida la relación de detenciones ya que trata de confirmar si los jóvenes mintieron y están encubriendo lo sucedido esa noche. Los agentes tampoco tienen claro que Mouriño trasladase él sólo el cadáver hasta el terraplén, a tenor de su delgada complexión y la distancia. Los jardines y la finca con maleza distan unos 70 metros, debiendo sortear una altura de unos cuatro metros (entre el muro de los jardines y el solar donde ocultó el cuerpo sin vida de la chica).

Y mientras continúa la investigación policial, la villa vianesa comienza a recuperar la tranquilidad arrebatada hace nueve años.

'A xente máis xoven é posible que o esquecese pero non así os pais de familia con fillas, entre os que aínda existía o temor de que un asesino andaba solto entre nós', asegura Sergio González, el entonces alcalde socialista cuando ocurrió el fatídico suceso.

Desconfianza

El ex regidor no cabe en sí de júbilo tras la noticia de que el autor del homicidio de su joven vecina (tenía 21 años cuando pereció) ya esté en prisión. Así, su muerte no quederá impune. Pero también porque cree que con la resolución del caso Viana deja de ser una villa sospechosa. 'A raíz de todo aquelo a desconfianza meteuse no pobo porque todo o mundo comenzou ser sospeitoso', añade. Destaca la perseverancia de la Guardia Civil, que nunca dejó de investigar el caso, así como la Subdelegación de Gobierno (con sus dos responsables desde aquella fecha).

Pero no es el único que se siente aliviado con la detención de Manuel Mouriño, todos los vianeses respiraban ayer con más tranquilidad. “Non se sabía a ciencia certa, pero sí que era da zona. A xente síntese aliviada coa detención”, comentó Purificación Rodríguez, detrás de la barra del bar “Viana 76”. Añade que “as miñas fillas sentíanse inquietas ao saír”, sobre todo al aproximarse la época del año en la que ocurrieron los hechos (14 de abril).

Desde la tienda de “Casar Vizcaya”, Conchi Somoza aseguró que “Viana quedou liberada. Pasou moito tempo, pero ao chegar esta época voltaba a preocupación”, comentó.

Ahora, la población se prepara para pasar página. Esta es la decisión que tomó una amiga íntima de “Montse”, que la acompañó la noche de su desaparición. Comenta que “la crónica negra de Viana desaparece con la detención”. Ahora, prefiere recuperar el anonimato que perdió en el 2001 y, si bien asegura alegrarse de la detención, pide que su nombre no vuelva a salir reflejado. Quiere pasar página cuanto antes.

'Una etapa negra'

Al cura Herminio González le tocó servir de soporte a la familia de Montserrat Martínez cuando desapareció. Ahora atiende la parroquia de Rubiá pero en el 2001 se ocupaba de los fieles de Santa María de Froxais. Aquellos luctuosos días no se van de sus recuerdos. “Estuve nueve años en esa parroquia y fue el acontecimiento que más me marcó”, afirma tajante. Añade que la detención del homicida “cierra una etapa negra que nunca se debió abrir. Ahora, Viana saldrá en los medios por los méritos que tiene”.

Entonces, asumió un liderazgo que nunca deseó y ponerse al frente de los vecinos para buscar a la joven desaparecida. “El momento de su aparición me marcó para siempre”, dijo el cura. Aunque nadie se merece acabar como la joven, su personalidad “buena y humilde” parecía alejar aún más esta posibilidad.

Esta circunstancia defiende la tesis que siempre mantuvo, que su muerte “fue algo no buscado”.

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