CASTAÑA

La escasez de lluvia amenaza a la producción de castañas

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photo_camera Numerosos erizos en un castaño, de un soto de O Barco.

El sector prevé que el inicio de la campaña se retrasará unos diez días respecto al año anterior

Las condiciones meteorológicas benignas registradas durante la primavera favorecieron a los castaños este año. En Valdeorras, sus ramas pueden verse cubiertas de erizos. Sin embargo, las altas temperaturas ya comienzan a castigar a los árboles. Piden agua, y, si la lluvia no llega pronto, la producción se desplomará. El sector aún confía en conseguir una cosecha normal, que para Galicia oscila en torno a los 20 millones de kilos, correspondiendo el 60 % a Ourense y aproximadamente 5 millones al oriente provincial. Sin embargo, lograrlo será imposible si los factores meteorológicos no ayudan.

"Fai moita falta que chova. A colleita non empezou mal, co bo tempo da primaveira. Vense ourizos, mais teñen que engordar. A ver se chove!", comentó Jesús Quintá García, presidente de la Indicación Xeográfica Protexida Castaña de Galicia.

La situación no es igual en todos los sotos. Lo apunta Francisco Barredo González, presidente de Productos Agrosilvestres de Galicia (Proagrosilva). "No es general. Depende de la zona", explica, refiriéndose a la carga de erizos de los árboles. Además, coincide con el presidente de la IXP en la necesidad de agua de lluvia. "Hace mucha falta que llueva", añade.
En algunos lugares hubo tormentas y cayó algún agua que ayudó a empapar la tierra. Sin embargo, esa lluvia no fue suficiente para favorecer el crecimiento de los frutos y aumentar la producción.

La aparición o la ausencia de lluvia condicionan la futura campaña. Si llueve, los frutos tendrán un mayor tamaño y una calidad mejor. La sequía favorece la aparición de los gusanos. Estos encuentran unas condiciones óptimas para desarrollarse cuando falta el agua.
En referencia al inicio de la campaña de recogida de la castaña, las estimaciones indican que este coincidirá con los primeros días de octubre: en torno al día 5. Esta fecha supone un retraso de 10 días respecto al año pasado, si bien, hay que matizar que la campaña de 2015 comenzó con una antelación que dista mucho de la habitual.

Las miradas de productores y comercializadores de castañas llevan muchos días puestas en el cielo. El sector no solo busca insistentemente las nubes que puedan generar la lluvia tan necesaria para los árboles, para la campaña también piden frío, un descenso de las temperaturas.

Los consumidores de castañas huyen del calor. Es un fruto estacional, que tiene difícil salida con temperaturas altas, lo que provoca una caída de la demanda. Esta situación se dio el año pasado. La campaña comenzó muy pronto, demasiado; el frío aún tardaría en aparecer, complicando las ventas de la producción.

Este fue uno de los factores que tiraron a la baja de los precios. Los productores tuvieron que entregar sus castañas por sumas muy inferiores a las de 2014. Ese año, el kilo de fruto llegó a pagarse hasta a dos euros en algunas zonas. Un año después, los agricultores tuvieron que resignarse y entregarlas por cantidades que solo superaron ligeramente el euro: 1,10 o 1,20 euros por kilo.

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