Viana concentró ayer a cerca de 3.000 personas en la Festa da Androlla a la que le precedió un desfile protagonizado por folións y boteiros. En Vilariño, la cita fue con el cabrito.
La Festa da Androlla de Viana reunió ayer a casi 3.000 personas en la localidad para degustar un menú a base de caldo de picatostes, patatas con grelos, jamón, chorizo, androlla, cordero, bica, vianos (dulces típicos), además de vino, café y queimada. El precio de la entrada era de 17 euros y se celebró en el pabellón de la localidad y en una carpa instalada en el exterior. La jornada comenzó con un desfile en el que los protagonistas fueron los típicos folións y boteiros, que llenaron de colorido y ambiente festivo la localidad.
Participación Esta cita gastronómica cuenta cada año con mayor participación. Estamos encantados. Viñemos o ano pasado por primeira vez e repetimos pois se come moi ben, comentaba un grupo de vecinos de O Barco que acudió a la cita gastronómica. Y el buen tiempo favoreció que la fiesta se prolongase hasta la noche.
En Vilariño
El año de luto que viven varias familias de Castiñeira y Chaguazoso y los cambios introducidos en la organización del tradicional desfile de Vilariño de Conso motivaron que ayer participasen menos vecinos en cada uno de los folións. El desfile comenzó con siete de otros tantos pueblos diferentes, integrados por varios boteiros.
Además, por primera vez se escenificó la tradición de que el primer folión pida permiso para iniciar el desfile a los habitantes de Vilariño, algo que no se realizaba en años anteriores. No obstante, la fiesta gastronómica del cabrito concentró a más de 2.000 personas en el pabellón procedentes de distintos puntos de la provincia para degustar el asado de este producto que también fue acompañado de chorizos, vino, café y dulces típicos de la localidad.
Participación Esta cita gastronómica cuenta cada año con mayor participación. Estamos encantados. Viñemos o ano pasado por primeira vez e repetimos pois se come moi ben, comentaba un grupo de vecinos de O Barco que acudió a la cita gastronómica. Y el buen tiempo favoreció que la fiesta se prolongase hasta la noche.
En Vilariño
El año de luto que viven varias familias de Castiñeira y Chaguazoso y los cambios introducidos en la organización del tradicional desfile de Vilariño de Conso motivaron que ayer participasen menos vecinos en cada uno de los folións. El desfile comenzó con siete de otros tantos pueblos diferentes, integrados por varios boteiros.
Además, por primera vez se escenificó la tradición de que el primer folión pida permiso para iniciar el desfile a los habitantes de Vilariño, algo que no se realizaba en años anteriores. No obstante, la fiesta gastronómica del cabrito concentró a más de 2.000 personas en el pabellón procedentes de distintos puntos de la provincia para degustar el asado de este producto que también fue acompañado de chorizos, vino, café y dulces típicos de la localidad.
