Un profesor y 10 alumnos del Lauro Olmo de O Barco plantan lechugas y tomates en el centro

Un huerto para cultivar la mente

Los alumnos del Instituto Lauro Olmo de O Barco saborearán tomates, zanahorias, fresas y otros productos cultivados en el recinto educativo. Un grupo de 10 estudiantes, guiado por el profesor José Ángel Ansín, echó mano de azadones y demás útiles agrícolas para trabajar un pequeño huerto. El principal objetivo es que los jóvenes tomen contacto con las labores de la tierra. Más adelante, cuando llegue la recolección, distribuirán los frutos de su trabajo en el recinto educativo para así reducir el consumo de bollería.
Un grupo de 10 alumnos del Instituto Lauro Olmo de O Barco compagina el uso del lápiz y del papel con las semillas y la azada. Ellos son los cuidadores del huerto del centro educativo, que surgió de las inquietudes formativas de uno de sus profesores, José Ángel Ansín. “Se trata de que vexan as diferentes fases dos cultivos e que se habitúen a traballar coa terra”, explicó.

Mientras el docente explica su proyecto, los alumnos continúan sus trabajos en el huerto. Entre los surcos crecen algunos productos básicos -lechugas, guisantes, judías, repollos, zanahorias, tomates, pimientos, acelgas-,pero también otros no tan esenciales, como las fresas, cuyas flores pregonan la próxima de la cosecha. “Os rapaces trouxeron a semente de casa”, explica el profesor, que inmediatamente añade que para el curso próximo no serán necesarias, pues el grupo preparará semilleros.

Estos escolares dedican unas tres horas semanales de clase a sus cultivos, a las que hay que añadir algunas extraescolares, empleadas en la huerta y en las salidas guiadas. Los alumnos no ponen trabas a restar tiempo a su ocio. Dos de ellos, Eduardo Gómez y Raúl Cid afirman estar encantados con su trabajo en el huerto. Afirmaciones que confirma su maestro, quien asegura que “os rapaces están totalmente implicados”.

Tomar contacto con los trabajos de la huerta y observar el ciclo completo de sus productos no es el único objetivo de este proyecto. Una vez recogida la cosecha comenzará la segunda fase del programa, que quizás sea la más gratificante para los alumnos, pero no por ello es menos educativa, pues los 10 escolares venderán los productos en el centro escolar, aprovechando los recreos. De esta forma, aportan su granito de arena en la reducción del consumo de “bollería”, que tanta culpa tiene del problema de la obesidad. Pero también reunirán unos fondos muy necesarios para pagarse alguna excursión o alguna actividad.

Los trabajos del huerto comenzaron este curso, pero las bases fueron sentadas previamente, durante el año pasado. José Ángel Ansín, un profesor que no esconde su afición por la ecología y que llegó al Lauro Olmo hace tres años, consiguió que el Concello asumiese la instalación del pequeño invernadero montado en el recinto educativo. Fruto de sus gestiones, este proyecto educativo pasó a formar parte del programa de la Axenda 21, en O Barco.


CULTIVO

Los alumnos siguen las directrices de los cultivos ecológicos en el huerto del Instituto Lauro Olmo.

Los abonos que utilizan son naturales, como las ortigas y el compost elaborado en el centro educativo.

Los insecticidas y productos químicos fueron totalmente descartados.


Difundiendo el idioma gallego

El cultivo del huerto no es el único programa en el que participa José Ángel Ansín, cuyo departamento de ámbito científico de diversificación trabaja conjuntamente con el Gabinete de Normalización Lingüística, que dirige María Jesús Rodríguez. Esta línea de colaboración pretende fomentar el uso del idioma gallego entre los alumnos. Para ello, el programa “Coñece o teu entorno” incluye la organización de excursiones y salidas al campo, durante las cuales los escolares conocen los nombres de los lugares, de la flora y de la fauna de la comarca y de las zonas limítrofes. Pero esta iniciativa también abarca otros campos de interés, como el de la historia local. Los jóvenes toman contacto con ella visitando los yacimientos arqueológicos.

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