La caída de la muralla exterior del castillo de O Bolo puso sobre la mesa las carencias de la comarca de Valdeorras en conservación del patrimonio histórico. Aurelio Blanco, presidente del Instituto de Estudios Valdeorreses (IEV) afirmó que las Administraciones no invierten demasiado en este capítulo. 'No está excesivamente atendido. Últimamente, las instituciones dedican poco tiempo al patrimonio y a la cultura', protestó.
Aurelio Blanco subrayó la importancia de invertir en la conservación del patrimonio, sobre todo pensando en que lo heredarán las generaciones venideras. 'Es muy importante. Es un legado que recibimos y tenemos la obligación de dejarlo lo mejor conservado posible', comentó el presidente del IEV.
En términos más duros se pronunció José Fernández. Gran conocedor del patrimonio arqueológico y cultural valdeorrés, no dudó en mostrar su preocupación por la escasa cuantía asignada a su conservación. 'É un abandono total e absoluto. Ningúen mira por el. Está totalmente olvidado polas autoridades', se quejó.
Aurelio Blanco y José Fernández lamentaron el derrumbe de parte de la muralla exterior del castillo. Aunque las construcciones más antiguas de la fortaleza están fechadas entre los siglos XII y XIII, el murallón dañado fue levantado en el siglo XV, tras las revueltas Irmandiñas. Restaurada hace un año, se vino abajo el 26 de enero a causa del temporal de nieve.
'Lamentamos cualquier deterioro del patrimonio histórico como algo propio', dijo Aurelio Blanco. El presidente del IEV mostró igualmente su pesar por los problemas que sufre el santuario de As Ermidas, también ubicado en O Bolo. Construido sobre terreno de relleno, aún no se asentó 350 años después de finalizada la obra.
'O castelo de O Bolo é un símbolo. Vas a Monterroso e o ten moito mellor conservado', aseguró José Fernández. Este estudioso de la historia valdeorresa también se preocupa por el santuario de As Ermidas, otro lugar de referencia del patrimonio valdeorrés. 'Non fixeron nada. Ten que seguir repisando. Oxalá que non siga chovendo, pois como continúe vaise abaixo a metade do templo', dijo.
El castillo y el santuario de As Ermidas de O Bolo son dos de las construcciones más relentantes del patrimonio histórico de Valdeorras. Su conservación preocupa, y mucho, en la comarca, pero hay otras muchas olvidadas por las Administraciones, como la iglesia románica de Pardollán (Rubiá).
En términos más duros se pronunció José Fernández. Gran conocedor del patrimonio arqueológico y cultural valdeorrés, no dudó en mostrar su preocupación por la escasa cuantía asignada a su conservación. 'É un abandono total e absoluto. Ningúen mira por el. Está totalmente olvidado polas autoridades', se quejó.
Aurelio Blanco y José Fernández lamentaron el derrumbe de parte de la muralla exterior del castillo. Aunque las construcciones más antiguas de la fortaleza están fechadas entre los siglos XII y XIII, el murallón dañado fue levantado en el siglo XV, tras las revueltas Irmandiñas. Restaurada hace un año, se vino abajo el 26 de enero a causa del temporal de nieve.
'Lamentamos cualquier deterioro del patrimonio histórico como algo propio', dijo Aurelio Blanco. El presidente del IEV mostró igualmente su pesar por los problemas que sufre el santuario de As Ermidas, también ubicado en O Bolo. Construido sobre terreno de relleno, aún no se asentó 350 años después de finalizada la obra.
'O castelo de O Bolo é un símbolo. Vas a Monterroso e o ten moito mellor conservado', aseguró José Fernández. Este estudioso de la historia valdeorresa también se preocupa por el santuario de As Ermidas, otro lugar de referencia del patrimonio valdeorrés. 'Non fixeron nada. Ten que seguir repisando. Oxalá que non siga chovendo, pois como continúe vaise abaixo a metade do templo', dijo.
El castillo y el santuario de As Ermidas de O Bolo son dos de las construcciones más relentantes del patrimonio histórico de Valdeorras. Su conservación preocupa, y mucho, en la comarca, pero hay otras muchas olvidadas por las Administraciones, como la iglesia románica de Pardollán (Rubiá).
