Analizan exigir responsabilidades por afectar a una paraje próximo a la zona de protección de Trevinca

Los técnicos de Medio Rural investigan las causas de los daños causados en Valborraz

Varias tonelados de limo de pizarra arrasaron las construcciones próximas al arroyo
Un equipo de Conservación da Natureza se desplazó a Valborraz para valorar los daños causados por el aluvión de agua y pizarra que arrasó varias casas del poblado y la vegetación que crecía en las orillas de su arroyo. La proximidad de estos parajes a la zona de especial protección de aves (Zepa) de Trevinca movilizó a los funcionarios, que buscan la forma de exigir responsabilidades por los desperfectos. A su vez, los colectivos culturales urgen medidas para conservar las construcciones que siguen en pie.
El coste material de la media decena de casas que una avenida de agua y pizarra destruyó en Valborraz (Carballeda de Valdeorras) y los desperfectos causados en las construcciones próximas al arroyo no es excesivo, pues este complejo minero creado en 1937 fue abandonado en 1963. Sí lo es su importancia histórica, como atestiguan los historiadores, quienes califican lo ocurrido como una “catástrofe”. Pero también el medio ambiente sufrió las consecuencias de la acción de las piedras y el limo de la pizarra. Este valor es el que intenta determinar un equipo de técnicos enviado por la Dirección xeral de Conservación da Natureza.
La movilización de este equipo de la Consellería de Medio Rural obedece a la situación de la explotación de wolframio de Valborraz, más conocida como “Minas dos Alemáns”. Su cercanía a la zona de especial protección de aves (Zepa) de Trevinca la sitúa en el ámbito de vigilancia de la Administración, que ahora intenta cuantificar los daños.
Los técnicos también investigan la posibilidad de que Medio Rural exija responsabilidades por los destrozos. Aunque la causa del aluvión de barro y agua está sin confirmar, los vecinos de Casaio (Carballeda de Valdeorras) apuntan al posible derrumbe de una escombrera de pizarra próxima al antiguo poblado minero.

Al mismo tiempo que los técnicos de Medio Ambiente desarrollan su investigación, los colectivos culturales continúan exigiendo medidas para conservar las construcciones que continúan en pie. “Es una pena que nadie lo mantenga. Las Minas de Valborraz forman un conjunto histórico que Patrimonio debería obligar a mantener”, dijo el presidente del Instituto de Estudios Valdeorreses, Aurelio Blanco.

El portavoz del citado colectivo cultural, que aglutina a 550 socios, reclama medidas para “recuperar el conjunto histórico”. Aurelio Blanco considera que “los organismos oficiales y todos los valdeorreses debemos apoyar la recuperación de las minas como un bien de interés histórico”. El presidente del IEV plantea la posibilidad de exigir su conservación a los propietarios del enclave industrial. Sin embargo, existe el problema de determinar la identidad de sus dueños, que es prácticamente desconocida. A este respecto, el Concello de Carballeda asegura que los terrenos sobre los que se asienta el poblado pertenecen al pueblo de Casaio.

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