Los padres de dos centros de O Barco crearon Pequenos Madrugadores para poder ir al trabajo

Treinta familias se unen para enviar antes al cole a sus hijos

Un grupo de padres espera a sus hijos, ante las cancillas del colegio Julio Gurriarán, en O Barco. (Foto: J.C.)
El colegio Julio Gurriarán de O Barco abre sus puertas a las 7,15 horas, dos horas antes de lo habitual, para recibir a los 33 niños del programa Pequenos Madrugadores. Lo promovieron los padres del centro con los del Condesa de Fenosa, ayudados por la Concellaría de Servizos Sociais, Igualdade e Xuventude, buscando conciliar la vida familiar con la laboral. Los miembros de las familias inscritas trabajan mayoritariamente en las canteras de pizarra, Hospital Comarcal de Valdeorras, residencias de ancianos o empresas con jornada laboral matutina.
'No pueden llevar a los hijos al colegio porque entran antes a trabajar', explicó Carlos Álvarez, portavoz del grupo de padres. Añadió que el número de inscritos sería aún mayor si no fuese por el mal momento económico. 'Con la crisis la gente está en el paro. Si existiese hace años tendríamos muchos más niños', añadió. La concejala de Servizos Sociais, Natalia Álvarez corroboró su afirmación: 'El programa está pensado para familias en las que trabajan todos los miembros. Al buscar un empleo, si su horario es de mañana, tendrías que descartarlo si no existiese este servicio', dijo. También insistió en que beneficia preferentemente a las mujeres, que suelen asumir la responsabilidad de llevar a los hijos al colegio. 'Siempre fue así y, lamentablemente, seguirá siendo. El programa es un paso adelante muy grande'.

Natalia Álvarez explicó que las asociaciones de padres de alumnos de los dos colegios barquenses idearon Pequenos Madrugadores durante el curso pasado de forma experimental. 'Ahora, cada vez vienen más niños', comentó. Recordó que la Concellaría que dirige intentó ponerlo en marcha hace años. No era el momento adecuado, o al menos así lo entendieron los padres, cuya respuesta fue más bien pobre: solo se anotaron cinco niños. Aquellos cinco aumentaron hasta casi una veintena durante el curso pasado, siendo actualmente 33 los inscritos. Los padres financian principalmente el programa con sus aportaciones, que cubren 30 de los 40 euros mensuales acordados con la empresa Serunión, que se ocupa de la cocina del colegio Julio Gurriarán. El Concello paga los 10 euros restantes. Los progenitores también fijaron una tarifa especial para quienes no acuden todos los días.

Dos monitoras atienden a los niños hasta que van a clase, en los dos colegios de O Barco: Julio Gurriarán (9.15 horas) y Condesa de Fenosa (10.00 horas). Durante este tiempo, desayunan, juegan, dibujan o ven la televisión.

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