Lo promueven en Éntoma para darle un aprovechamiento al monte comunal, ahora improductivo

Vecinos de O Barco impulsan una explotación de cerdo celta

Roberto Arias y José Urdangaray, en la Praza do Concello de O Barco. (Foto: LUIS BLANCO)
Una treintena de vecinos de Éntoma (O Barco), en su mayoría jóvenes, impulsaron la 'Asociación de Porco Celta San Fiz' con el fin de criar porco celta en los montes comunales de la localidad, ahora abandonados y sin uso productivo.
El proyecto contempla la cría de esta raza para, en una fase posterior, crear una industria chacinera. Roberto Arias Rodríguez y José Urdangaray Ojea, presidente de la junta de montes comunales San Fiz-Louxeira y alcalde pedáneo, dieron a conocer las líneas generales del proyecto. 'Queremos aproveitar o monte e sacarlle beneficio', dijo Roberto Arias. 'É unha zona boa para os embutidos', explicó José Urdangaray.

El presidente de la junta de montes explicó que el criadero de cerdos de raza celta comenzó a fraguarse hace un año. Roberto Arias dijo que surgió en el transcurso de un acto de la Asociación Nacional de Colocadores de Pizarra, de cuya directiva forma parte. También apuntó que fue el alcalde barquense, Alfredo García Rodríguez, quien dejó caer la posibilidad de poner en marcha el proyecto. Lo que comenzó como una charla informal continuó con una serie de consultas técnicas, incluida la visita a una explotación porcina de raza celta, en Beariz. Mañana, miércoles, será un equipo de técnicos del Instituto Ourensano de Desarrollo (Inorde) el que se desplace hasta Éntoma para verificar 'in situ' la viabilidad de esta iniciativa empresarial.

Los planes iniciales de la asociación que preside José Enrique Méndez Arias prevén cerrar los terrenos y levantar un par de construcciones. Una sería para las cerdas que van a parir y otra para las crías. El número de animales con los que comenzará el proyecto depende de la Diputación provincial, organismo que los cede a los vecinos. En todo caso, para poner en marcha la explotación será suficiente una decena . 'Queremos ir pouco a pouco', dijo Arias.

Para alimentar a los animales, los vecinos pensaron en utilizar los productos que ofrecen los terrenos donde se abrirá la explotación. Los montes comunales San Fiz-Louxeira ocupan una extensión de 169 hectáreas, una superficie más que suficiente para permitir que una pequeña parte sea destinada a la explotación. Aquí, los cerdos de raza celta pueden encontrar diferentes tipos de alimentos y, especialmente, castañas, una fruta que da un sabor peculiar a la carne y que comienza a ser demandada por el sector ganadero.

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