El temporal de nieve y lluvia acalló los bombos de los folións. Tampoco los boteiros recorrieron ayer las calles de Vilariño de Conso. Hubo varias intentonas, pero todas fueron en vano. Al final no fue posible y la Comisión de Entroido, que forman los mozos del Concello, acordó suspender el pasacalles.
Los problemas comenzaron a primera hora de la mañana, cuando comenzaron a llamar integrantes de los folións de pueblos como Chaguazoso o Mormentelos, preocupados porque la nieve podía dejarlos incomunicados. No fue así. Al final pudieron bajar a Vilariño de Conso, pero la climatología adversa les decidió a no desfilar.
Los numerosos visitantes pudieron buscar consuelo a la falta del tradicional desfile en el cabrito. La fiesta gastronómica propia de este Entroido congregó a 960 personas, de las cuales unas 200 procedieron de otros concellos, según los cálculos de los organizadores.
El menú, no podía ser de otra manera, giró en torno al cabrito. Fueron 570 kilos de carne de la zona los cocinados para satisfacer a propios y extraños. Todos pudieron acompañarse con empanada, chorizo, bica y café.
Los numerosos visitantes pudieron buscar consuelo a la falta del tradicional desfile en el cabrito. La fiesta gastronómica propia de este Entroido congregó a 960 personas, de las cuales unas 200 procedieron de otros concellos, según los cálculos de los organizadores.
El menú, no podía ser de otra manera, giró en torno al cabrito. Fueron 570 kilos de carne de la zona los cocinados para satisfacer a propios y extraños. Todos pudieron acompañarse con empanada, chorizo, bica y café.