Más que mil palabras

Más que mil palabras. (Foto: Miguel Ángel)
La mañana invitaba al paseo relajado y tranquilo, hasta el huerto en el que trabajar o la finca en la que el animal pudiera alimentarse.
El chaparrón recién caído había suavizado la dura mañana de principios del mes de agosto en Verín y el sol insistía en hacerse notar de nuevo. Tampoco importaba la línea continua de la calzada o la ausencia de paso de cebra, pues apenas había tráfico.


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