El teniente Gustl se publicó en el invierno de 1900, el mismo año que La interpretación de los sueños. Ambos acabaron ardiendo en las piras nacionalsocialistas del 33.
Pero la relación de Arthur Schnitzler y Freud va más allá del fuego, pues el primero fue el mayor representante de su tiempo de la literatura psicológica cercana a los postulados freudianos. La nouvelle es un intenso monólogo interior, sobre el que dos décadas más tarde trabajará James Joyce, en el que el protagonista narra un encontronazo, al salir de una ópera que lo aburrió mortalmente, con un panadero que lo ofende públicamente. El teniente se sabe deshonrrado, y según la ética militar imperante, no tiene más remedio que suicidarse inmediatamente. Pero este es sólo el comienzo. La obra tiene más de cien años, pero resulta tan moderna o más que el día que se publicó.
