Una familia catalana elabora en ‘O Esquecemento’ los platos más sabrosos de la época romana

Xinzo degusta los manjares de la antigua Roma

Josep Solías muestra alguno de los platos del taller de alimentos romanos en ‘O Esquecemento’. (Foto: Miguel Ángel)
Del vino sin alcohol para los niños a las tortas de trigo con aceituna. Una muestra expone en el campamento romano de ‘O Esquecemento’ lo mejor de las recetas de Apicio. La fiesta romana de Xinzo celebrará esta tarde el paso del río Lethes.
Un matrimonio catalán formado por Josep María Solías y Juana María Huélamo lleva años mostrando lo mejor de la gastronomía de hace dos mil años por toda España. Ayer les tocó en Xinzo.

De esta forma, ‘O Esquecemento’ se centró ayer en la gastronomía con un ‘obradoiro’ de alimentos, platos y especias de los tiempos de Apicio, el gran gourmet de hace dos milenios. La muestra englobó desde platos o condimentos elaborados en vivo y en directo por Juana hasta la degustación de algunas de las delicias romanas. Una de las estrellas de la exposición es el mulsum, una suerte de mosto especiado elaborado con zumo de uva y miel, apto para todos los públicos. La variedad de especias y semillas romanas era casi incontable; desde el piperloupun (pimienta) hasta el mileium (mijo).

El taller gastronómico también incluye un mini-molino de piedra para aplastar el trigo o las especias, como la pimienta negra.

Juana, arqueóloga de profesión, expone que ‘los romanos utilizaban mucho las especias en su alimentación’. Algunos de los platos y utensilios para comer han sido construidos por esta mujer teniendo como base sus hallazgos arqueológicos de la época romana.

El Thermopolium fue una de las estrellas de la segunda jornada de la ‘Festa do Esquecemento’, que también incluyó una exposición didáctica sobre armamento romano y otros aspectos de las culturas castrexa y romana, amén de una multitudinaria cena en el campamento.

Esta tarde a las cinco y media se cambiará la tradición. Décimo Junio Bruto cruzará el río Lethes ante sus legiones en horario vespertino, en vez de a mediodía, como ha venido sucediendo en las anteriores ocho edificiones de la fiesta romana, que aspira a ser declarada de interés turístico autonómico. Poco después el general romano se enfrentará al caudillo celta Antioco a espadazo limpio ante la mirada de cientos de personas y, como siempre, a orillas del mítico río del olvido.

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