BALONCESTO

El camino es pedregoso, pero es el único camino

Hasta que los jugadores de Gonzalo García comprobaron que sin defensa ni esfuerzo ni valor no se puede competir en este mundo no hubo partido contra un Oviedo grisáceo pero efectivo.

Sí, el COB con el que tanto disfrutaron en Coruña es el mismo que ayer les desesperó contra el Oviedo. Hasta que los jugadores de Gonzalo García comprobaron que sin defensa ni esfuerzo ni valor no se puede competir en este mundo no hubo partido contra un Oviedo grisáceo pero efectivo. Fueron quizá cinco vibrantes minutos en los cuales sí se creyó en la victoria, el balón no quemó, el rival no asustó, el público se contagió.

Cinco minutos que permitieron casi recuperar los 15 puntos de ventaja del visitante. Casi, porque ni el palmeo de Rowley, ni la suspensión de Zamora, ni un tiro lateral de Kapelan, ni un intento triple de Rivero, ni otro de Tomás Fernández permitieron culminar la gesta. Cruel pelota.

Triste, pero comprensible, perdonable, admirable. No se puede permitir, ni permitirse, este COB en cambio bajar los brazos, sentirse inferior, perder la ilusión. La dificultad es máxima y es un camino de penurias, sí. Pero es el único camino que hay.

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