Al COB le espera un pasaporte hacia la tranquilidad si vence al Valladolid

Podría decirse que, por primera vez en la temporada, el COB afronta un partido sin tener el agua al cuello. Aún la tiene a la altura de las rodillas, no hay que olvidarlo, pero las dos victorias consecutivas ante rivales directos en la lucha por la permanencia le han dado oxígeno. Por eso afrontan el duelo de esta tarde ante el Valladolid con un punto de tranquilidad. Que no relajación, ojo. La salvación no está hecha, hay que ganársela y el encuentro ante los pucelanos supone otra ocasión para acercarse más al objetivo. Enfrente, un rival con metas más elevados que llega al Pazo con la victoria entre ceja y ceja. En el bando ourensano, todos disponibles. Y eso ya constituye una noticia. Por unas cosas u otras, las bajas y los problemas han sido una constante esta temporada. Para el duelo de hoy, todos los soldados llamados a filas. Tendrán que mantener el listón de la concentración muy alto. Esos momentos de desconexión puntuales se mantienen en el “debe” cobista. Pasó en Albacete y, ante un rival de la talla de los pucelanos, puede ser fatal. Sobre la pista, ocasión para que Urtasun, el último en llegar, siga demostrando sus galones en el equipo y en la competición. Unas semanas antes llegó Kuath, que sigue dando pasos hacia delante en sus facetas favoritas, la intimidación, el rebote y los mates. Volverá a probar el COB su puntería. En el último partido faltó acierto. El 7 de 32 en triples no debe ser lo normal. Pero hay variedad de “armas” para hacer daño al rival. Alternativas exteriores con ganas de elevar sus porcentajes con aquello de “si no es uno, es otro” muy presente. Tendencia Y, sobre todo, el juego de presiones. El COB disputó dos partidos entre la espada y la pared. Salió cara las dos veces. Ahora, con ese colchón, puede jugar más liberado. Muñecas sueltas y cabeza despejada para salir a jugar un partido que nadie les exige ganar, pero que pueden hacerlo si muestran su mejor versión. Lo tratará evitar un Valladolid que es la viva imagen de su técnico, Paco García. Carácter, fortaleza e ideas muy claras para un equipo que rinde por encima del presupuesto y se ha fijado el factor pista en los play off como meta. Van por el buen camino. Son cuartos, tienen a tiro la tercera plaza y, con algún borrón (en Coruña hace dos jornadas), demuestran pocas fisuras. En sus filas, caras conocidas: el propio García, el tirador Gantt y el ourensano Mazaira. Además, un Melwin Pantzar con vitola de MVP, un Allen siempre fiable en el juego por dentro, los triples de un Kovacevic totalmente asentado o el equilibrio de Kuiper y Puidet, por citar algunos de los nombres propios. Un rival que crece desde la defensa y que supondrá una prueba de nivel para el COB más hecho de las últimas semanas, con alternativas suficientes en su arsenal para encontrar las grietas en el entramado violeta. Un cruce de caminos que anticipa emociones fuertes. Los ourensanos, para distanciarse de los de abajo. Los vallisoletanos para acercarse a los de arriba. Un mismo partido con dos objetivos colisionando. El Pazo disfrutará de un clásico del baloncesto nacional que supone una ocasión de oro para que el COB pueda acercarse a un final de curso con el aprobado en el bolsillo y con la opción de seguir subiendo su nota.