LEB ORO

El COB abruma con su juego

El equipo ourensano llegó a ganar por 35 al Lleida y encadena cuatro victorias consecutivas que lo convierten en candidato a pelear por el ascenso 

El COB se ha convertido en la madre implacable capaz de convencerte por agotamiento, persuasión, estrategia o despotismo. Muchas caras pero todas llevan al mismo destino. Los rivales tienen dos opciones. Pueden comerse las lentejas tapándose la nariz o asimilar que es plato único e incluso acabar cogiéndole el gusto.

Este equipo ha pasado de celebrar las victorias como si fuesen un título a dejar que caigan en el saco una detrás de otra. Y sin previo aviso.

Desde el estilo adictivo de Pedro Rivero a la contundencia de Diego Kapelan. El Lleida tuvo la desgracia de saborear las dos opciones en el mismo menú.

Rivero te embelesa como las sirenas que obligaron a Ulises a amarrarse al mástil. Delicioso. Hay que paladearlo despacio y entender que no será fácil encontrar relevo cuando decida guardar la batuta. No demarra. Rivero te empequeñece mientras piensas que le estás haciendo pie. Miras el marcador y vas 15 abajo. ¿Cómo? No se.

Luego sale Kapelan y te despierta a bofetones. Así de cruel es ahora este equipo. Rencoroso con los que sonrieron a su paso. Ahora gana y además no negocia. Y en eso el canadiense es el Señor Lobo. Sin errores y con el gatillo del turbo pulsado. Cuando le toca a él, retintinean las monedas en el cajón. Tres, seis, diez... Asunto resuelto. Rivero o Kapelan. Dos estilos antagónicos para el mismo desenlace. 

El problema es cuando comparten pantalla y además están de quiero los secundarios. Y eso ahora es el pan de cada día.

El Castellón duro dos cuartos. El Lleida cuarto y medio. Una progresión acotada por el margen de error en una recta final de temporada que se le hace corta a los ourensanos.

Quizá sean el equipo más en forma de la categoría. Quizá el rival evitar en los play off. Si se meten.

Gonzalo García de Vitoria y Miguel González, su ayudante, han armado hasta los dientes a una plantilla con ganas de guerra. Ballesta y Fernández son los últimos en ponerse la cinta en la frente.

Los entrenadores disponen y Ruben Vieira hace que las acciones se hagan una décima antes que los rivales. Un centímetro más arriba en el rebote. Una cuarta más adelante en las líneas de pase. Un minuto más de resistencia antes de pedir el relevo. El preparador físico es clave para entender lo que no se ve. El banquillo ha cambiado a un COB timorato y lo ha hecho un equipo altivo.

Zamora, Rowley, Rejón, Barreiro... uno detrás de otro para reclamar su cuota de pantalla. Ninguno se sale del guión y cuando ocurre ya está ahí Rivero. "Voy a hacerle una oferta que no podrá rechazar" decía Al Pacino en El Padrino. Y si no es suficiente ya aparece Kapelan para cerrar el trato. "No es nada personal, es cuestión de negocios".

Quedan tres partidos y uno de ellos en el Pazo. Esos seguros, porque visto lo visto igual toca sacar entrada para los play off. Si es así, merecerá la pena verlos.

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