No hay equipo con más nombre en la LEB Oro, ni esta temporada ni ninguna. El Estudiantes puede presumir de ser uno de los mejores clubes de la historia del baloncesto nacional. Campeón de la Copa del Rey en tres ocasiones, finalista de la Liga ACB en cuatro y habitual en competiciones europeas llegando a disputar la Final Four de la Euroliga.
Hace no mucho (según como se mire) era, junto al Joventut, la maravillosa y permanente alternativa a Real Madrid y Barcelona. Durante una década de esos años dorados, el COB compartió liga en la élite y llegaron enfrentarse en los play off por el título. El sábado volverán a medirse en un Pazo que no necesita que nadie le explique quien lo visita.
Historia al margen, el rival del COB es un All Star imponente de jugadores bajo la batuta del, para muchos, mejor entrenador de la liga. Pedro Rivero trata de repetir ascenso y para ello intenta hacer encajar piezas de tanto nivel como complicadas de ajustar. Junto a Sergio Rodríguez se llevarán la ovación sincera de la que fue su afición. El entonces base permitió a Ourense tocar la gloria del ascenso a la ACB. El alero hizo soñar con conseguirla en una Final Final igual de meritoria.
Desde la pizarra y en la pista, dos amenazas que ejemplifican a lo que se enfrenta el COB. Una plantilla que acaba de perder “de mutuo acuerdo” a Michael Carrera, pero aun así sobrada de todo. De puntos, de físico, de experiencia y de rotaciones. También de presión, con un proyecto al que cada verano en la LEB Oro tiene que sonarle a suspenso rotundo.
Alec Wintering, Toms Leimanis y Guillem Ferrando. Hasta Adams Sola. En la primera línea el arsenal ya es interminable. Bases y combos para jugar en estático, rápido o todavía más rápido. Con amenaza exterior y juego a la carrera. Y para cuando suelten la bola han llegado a mitad de camino un tirador como Niko Rakocevic y una estrella como Branden Frazier. El norteamericano jugó sobrado en el Betis y deberían ser fundamental de aquí al final en el Estudiantes.
Carlos Suárez, Sergio Rodríguez y Alex Murphy son más de lo mismo, pero en el puesto de “3” o de “4”. Poste bajo, tiro de tres, rebote, defensa y capacidad para atacar el aro. Completan el álbum la intimidación y juego por encima del aro de Yannick Nzosa y la calidad de un jugador que siempre ha dominado la liga, Kevin Larsen.
Una colección de cromos a la que llegará alguno nuevo, pero que ya debería servir para completar un camino a la ACB que tiene en el Pazo la próxima parada.
