A las doce de la noche termina el plazo del que dispone el COB para inscribirse en una ACB que el propio club ya descarta
A las doce de la noche se habrá esfumado definitivamente el sueño de Ourense de ser ciudad ACB. Bastante antes, rondando las tres de la tarde, se acabarán las opciones, cuando el club se quede sin capacidad real de enviar la transferencia bancaria que podría hacer efectivo el acuerdo alcanzado hace un año entre el COB y la Asociación de Clubes de Baloncesto.
Ayer era el último día para avanzar en la negociación y no se dio un solo paso adelante. Ni una sola reacción de los máximos accionistas y la única declaración del club llegó por boca del presidente en la televisión autonómica reconociendo que las esperanzas se habían acabado.
Eso sí, Antonio Gavilanes avanzaba lo que ahora esperan los aficionados, explicaciones a un despropósito con muchos puntos oscuros: "Reconocemos nuestra parte de culpa pero hay más culpables". Tendrá que aportar datos para ayudar a entender porque el club no fue capaz de concretar la operación bancaria con un año de plazo y quien o quienes entorpecieron la gestión si de verdad quiere explicar que la responsabilidad no es en exclusiva de la directiva.
La jornada de ayer confirmó las sensaciones de las últimas semanas. Ninguno de los máximos accionistas mostraron interés alguno en reunirse o en tratar de llegar a un acuerdo. El COB estaba a 300.000 euros del ascenso a la ACB y a la misma distancia se quedó.
Por la mañana la entidad bancaria con la que se negoció durante la semana pasada se puso en contacto con la oficina principal de Ourense preguntando por posibles avances. La respuesta fue clara, ninguno. El gerente del COB también estuvo en la oficina y comprobó una vez más el interés de la entidad en llevar a cabo una operación incompleta.
El concello aportaba 600.000 euros; la Diputación, la misma cantidad y un particular la misma cifra que los dos máximos accionistas. El banco, que había descartado la operación el viernes, respondió el lunes a la nueva situación garantizando que el acuerdo se cifraba en una cantidad que rondaba los 2,1 millones de euros para hacer frente a un crédito de 3 millones. Faltaban 300.000 euros pero ahí se quedó la operación.
Indignación en las redes sociales
Las redes sociales fueron una constante sucesión de mensajes con twitter como medio más activo. El día empezó solicitando una implicación a los dos máximos accionistas y personificados en el alcalde de Ourense, Jesús Vázquez, y el presidente de la Diputación, Manuel Baltar. Con el paso de las horas el tono de los mensajes se acabó convirtiendo en críticas y reproches por la falta de respuesta y de soluciones. Ourense no entiende la oportunidad perdida.
