Mucho Coruña para tan mal COB (84-51)

Nogués trata de taponar un lanzamiento en el duelo disputado en Riazor.
PATRICIA G. FRAGA/DXT CAMPEÓN
photo_camera Nogués trata de taponar un lanzamiento en el duelo disputado en Riazor. PATRICIA G. FRAGA/DXT CAMPEÓN
Tercera derrota en cuatro partidos del conjunto ourensano, muy por debajo de su nivel, en su duelo gallego contra un aspirante a la fase final


La LEB Oro sigue recibiendo al COB con crueldad. El equipo entrenado por Guillermo Arenas sufrió su tercera derrota en cuatro partidos, tras caer contra el vecino Coruña, ofreciendo una mala imagen.

No encuentra el equipo ourensano el equilibrio en el juego ni la estabilidad -baja de Gjuroski por un corte en la mano izquierda- necesaria para desarrollar sus virtudes en la pista. El lituano Peciukevicius y el último fichaje, el bosnio Fahrudin Manjgafic, precisarán de un tiempo de adaptación. Tanto -o eso parece- como Willett y Chaz Willians, demasiado impetuosos, imprecisos y despistados para aportar en la competición.

Tampoco es que el resto estuviese mejor. Sólo en el primer cuarto, el COB cometió 9 pérdidas, cedió 5 rebotes en su aro e incluso tuvo posesiones en los que el tiro no llegó ni a tocar el tablero. La buena suerte fue que el Coruña, muy intenso en defensa y atento a cortar las líneas de pase, no acertó un triple. Pero la fortuna no duró mucho.

Dos triples seguidos de Jakovics ante la tímida defensa de Williams marcaron la primera ventaja importante local, 19-12 en el minuto 11. El tiempo muerto de Guillermo Arenas no provocó la reacción. Aboubacar, muy solo y acosado -por rivales y árbitros- bajo el aro, fue el único a su esperado nivel, 12 puntos y 12 rebotes.

El resto no pudieron ni ser compañeros. Faltó dureza, inteligencia y espíritu de equipo en la defensa. Se corrió sin cabeza hacia el aro rival y se regresó andando al propio, regalando al menos ocho canastas sin oposición al Coruña.

Se descuidó el cierre del rebote, regalando otros 13 tiros. Faltó el líder necesario para poner orden y asumir la responsabilidad. Las diferencias aumentaron de 13 a 20 en el tercer cuarto, alcanzando los 30 en el último y 33 al final del partido. Para los aficionados desplazados a Coruña quizá lo peor no fuese la diferencia, sino la imagen de dejadez e impotencia en buena parte del encuentro.

El Coruña cumplió según lo esperado. Por nombres es una plantilla más completa y experta que la ourensana. Por nombres se presta como un aspirante a luchar por la fase final aunque no un favorito para el ascenso, en comparación con otras plantillas.

Fue el COB el que dio dos pasos atrás en su proceso de rodaje y adaptación a la nueva categoría. Aboubacar necesita más ayuda bajo el aro, y no sólo por parte de los hombres altos. El pequeño Chaz Williams no fue ni director ni anotador y sufrió mucho en defensa. Shaun Willett es una fuerza de la naturaleza de tan extraordinario potencial como mal uso de sus recursos. Los más experimentados tampoco encontraron su sitio ni se reivindicaron en la pista.

Para colmo, en el minuto 34 Paco Del Águila sufrió un percance en su rodilla izquierda, que le obligó a abandonar el partido, a la espera de la valoración de su estado.

Necesitará Guillermo Arenas mucho tiempo y trabajo para encauzar a todos en la misma dirección. Recuperar la moral y confianza tras el pésimo partido, mejorar la adaptación del dúo estadounidense, potenciar la participación de un mermado Peciukevicius y encajar en el puzzle al último en llegar, el bosnio Fahrudin Manjgafic.

Debutó en el segundo cuarto. Jugó dos minutos, seis más en sustitución del lesionado Del Águila en el último parcial. Mostró buena puntería en el tiro libre e intención de jugar bajo el aro.

Todo es poco para un COB que recibe el próximo sábado en el Pazo al Cantabria, con la imperiosa necesidad de mejorar su juego e imagen ante su afición.

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