Dos piezas para un gran puzzle

Un base y un pívot. Solo dos jugadores, pero a la vez buena parte de la nota final de la plantilla. Eso es lo que le falta al COB para completar un equipo con buenos cimientos, pero obligado a acertar en las dos últimas incorporaciones para conseguir el nivel que espera para una temporada tan exigente como la del regreso a la liga LEB Oro. ¡Y qué liga! Poco a poco Sergio Pérez Anagnostou (director deportivo) y Guillermo Arenas (entrenador) han ido sumando piezas a un puzzle que, como todos los equipos que no tienen el talonario como antídoto a las dudas, ha ido sufriendo cambios de rumbo. El puesto de base y el de "5" son fundamentales en cualquier plantilla y no lo será menos en un COB hasta ahora equilibrado, pero necesitado de un jugador con puntos y criterio en la dirección y de un interior con presencia física, pero que además pueda ser también importante en la anotación. Eso es lo que buscan en las oficinas Pazo, pero otra historia será conseguirlos. El club ourensano siempre ha apuntado alto en sus negociaciones y algunas, como Willet, Peciukevicius o Pilepic, acabaron cerrándose, pero otras se rompieron tras muchos días de trabajo y de noches de videoconferencias. Así ha sido el verano de un COB empeñado en competir con los mejores con menos dinero que la mayoría. Un base con puntos Para el fichaje del base titular el club fue cribando nombres durante semanas y se quedó con un trío que gustaba, pero con negociaciones que no cristalizaron. La primera opción era Andrew Rowsey, y tras hablar personalmente con el jugador tanto el entrenador como el director deportivo, el base rechazó regresar al baloncesto europeo y quedarse en la liga de desarrollo de la NBA (G-League). Las otras dos opciones se esfumaron también en la misma semana, Jhivvan Jackson firmó por el Charleroi (Bélgica) y Ryan Harrow por el Balkan (Bulgaria). Después de dos semanas en las que el fichaje del base "titular" estuvo realmente cerca, el COB ha vuelto a la casilla de salida, pero tratando de encontrar un jugador de nivel similar o superior a los que tuvo sobre la mesa. Siempre ha sido ambicioso en el mercado. Distintos estilos de pívots El puesto de "5" es un caso muy distinto. De hecho pudo ser el primer fichaje de la plantilla, y es que Biram Faye llegó a negociar flecos de un contrato que no cristalizó por un repentino cambio de representantes en la negociación. Al principio del mercado el COB buscaba un "cinco" con presencia física en las dos zonas y acumular más peso anotador en el puesto de "4" y desembolso económico en otras posiciones. La criba ahí también fue larga tras no poder mantener el pulso en alguna negociación con alguno de los "intocables" de esta LEB Oro, que se acabaron quedando con el jugador que quería el COB. Entró entonces en escena Rocky Kreuser, que encantaba a Sergio Pérez. Un pívot con tiro, verticalidad y físico incluso para jugar como "5". El rookie está lesionado de un hombro tras disputar el PIT (torneo para los mejores séniors universitarios que no entran en la NBA) y el COB le ofrecía completar la recuperación en Ourense y ser una de las piezas clave del equipo en su primera experiencia profesional. Cuando el fichaje estaba pactado, el pívot se echó atrás inesperadamente y se comprometió con el Nürnberg alemán. Desde ese momento la primera opción fue Stojan Gjuroski. Un jugador al que conoce perfectamente Guillermo Arenas, tras entrenarlo en el Huesca, y que ha tenido un papel importante en el Alicante y en la ProB francesa. Un fichaje de garantías y que abre un nuevo escenario en la configuración de la plantilla. Como en el puesto de alero con Shawn Willet y Fran Pilepic, son dos fichajes de mucho nivel y que además liberan las dos fichas de extracomunitario que permite la FEB, algo que no ocurría si el fichaje hubiese sido otro jugador por el COB estuvo muy interesado, el ex del Lleida Mark Hughes, que finalmente fichó por el Estudiantes. Ahora el COB, con los dos "comodines americanos" libres, además del físico que siempre buscó para su pívot titular, trata de añadirle más puntos para equilibrar el juego. La semana pasada apareció la opción de Brandon Walters, pero el pívot, tras deshojar la margarita, se decantó por el Ankara turco. Guillermo Arenas, ya también en la pista, y Sergio Pérez en la oficina, siguen trabajando 24 horas al día para cerrar un equipo con dos obsesiones que nunca han cambiado: competir bien en la liga e ilusionar y divertir al Pazo.