Son los bastiones del COB más axiomático de los últimos años: roles muy definidos en ataque e intenso en defensa.
Son 213 centímetros (bastantes más de envergadura), sincronizado en sus movimientos, buenos fundamentos... es Fran Guerra, pívot del COB, diapasón del juego ofensivo del equipo y capaz, a decir de su técnico Gonzalo García de Vitoria, de jugar en la ACB si es capaz "de mejorar en defensa".
Como sucede con Nemanja Mitrovic, un tanto irregular, cierto, ¿pero que tirador no lo es? Diego Kapelan, más descarado y polivalente, pero semejante muñeca que su compatriota o Cristian Díaz, gran físico y buena mano.
Son los bastiones del COB más axiomático de los últimos años: roles muy definidos en ataque e intenso en defensa.
Más difícil lo parece tener Ñete Bohigas al frente de un Cáceres configurado en torno al hosco Aleksandar Marcius y a Nikola Rakocevic, quizá el jugador más egoísta de la liga. Desalentador. Como así fue en su paso por el Pazo.
No fue el técnico serbio Aleksandar Nikolic el único, Díaz Miguel o el 'profe' García Reneses también fueron del mismo preceder, pero sí el primero, tras un viaje a Estados Unidos, en pensar que la clave del juego era la defensa. De ahí su empeño por que la selección de la extinta Yugoslavia y luego los mejores equipos viajaran hasta allí cada año para enfrentarse a las mejores Universidades.
Experiencia que sirvió especialmente a bases y escoltas que no estaban acostumbrados a tal grado de intensidad y velocidad de manos de sus contrincantes. Sobrados de fundamentos este giro permitió alcanzar la excelencia a la selección 'Plavi'.
