Un psicólogo antes que un pívot

OURENSE (PAZO DOS DEPORTES PACO PAZ). 23/12/2020. OURENSE. Partido de baloncesto entre el COB y el Valladolid. FOTO: ÓSCAR PINAL
photo_camera Gonzalo García de Vitoria levanta los brazos buscando motivar a sus jugadores. (FOTO: ÓSCAR PINAL)
El COB encajó una nueva derrota confirmando su graves problemas físicos en todos los puestos, pero sobre todo problemas de confianza y valentía

El aficionado del COB que se fuese del Pazo en el minuto 14 no podría volver a entrar por el protocolo covid-19 que ayer se estrenaba con público. Ese afortunado habría llegado a casa con la tranquilidad y la ilusión de tener la bufanda de un equipo atrevido, alegre en el juego y sobrado de recursos tanto en el exterior como en la zona. Con tiradores de sobra, un gigante en la zona y un relevo, Joseph, con argumentos para disipar todas las dudas que había generado hasta ese momento.

Salvo por algo inesperado es extraño que alguien hubiese tenido la fortuna de haberse ido en ese momento. Por eso, lo lógico, es que todos los que estuvieron ayer en el Pazo y los que vieron el partido por la tele se llevasen como regalo de Papá Noel un saco de dudas, miedos y penas complicado de digerir.

El COB de los 14 primeros minutos fue uno y el de los 26 siguientes otro antagónico. Un equipo derrotado anímicamente y que agrava sus dudas en ataque dejando de defender. Una bola de nieve imparable que arrolla todo lo trabajado durante la semana y lo bueno que haya hecho hasta ese momento o incluso después.

En los últimos cinco minutos de la primera mitad tiró a la basura 15 de los 17 puntos conseguidos regalando segundas y hasta terceras opciones y en el inicio de la segunda le puso en bandeja la victoria al Valladolid.

El COB no le gana a nadie sencillamente porque tiene miedo a perder con cualquiera. Incluso consigo mismo. A la que falla dos tiros empieza a mirar el marcador y cuando vuelve a mirar ya ha demostrado que no tiene balance defensivo, que no tiene líderes a los que pasarle el balón en los momentos complicados y que no confía en sí mismo ni en sus compañeros. Se convierte en una suma de jugadores sin criterio ni valentía y deja de ser un equipo.

OURENSE (PAZO DOS DEPORTES PACO PAZ). 23/12/2020. OURENSE. Partido de baloncesto entre el COB y el Valladolid. FOTO: ÓSCAR PINAL

Además, paga lo que se vio desde el primer partido de la pretemporada y se ha insistido en edulcorar de forma grave y peligrosa. El COB es un equipo nefasto físicamente. Que tenía que haber tomado medidas urgentes ya antes de empezar la liga y que ahora reconoce que su problema en el rebote es global. Los interiores no rebotean, pero los exteriores tampoco ayudan. Una sangría que se repite cada partido y que se podía haberse evitado fichando lo que ahora se intentará traer con tres meses de retraso y una temporada arrinconada entre la espada del descenso y la pared de la falta de ilusión.

El COB necesita músculo y contundencia, pero sobre todo necesita liderazgo y eso no lo hay en el mercado. Necesita ganar un partido, pero antes tiene que competir y eso no sabe lo que es porque no lo ha hecho en toda la temporada. Es un equipo de aluviones que le han dado para ganar dos partidos y para perder con toda justicia los siete restantes. Es el peor equipo de la liga.

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