Opinión

Istoria y Macrobotellón

La permisividad que durante años han tenido las autoridades con la perniciosa práctica del botellón está empezando a pasar fractura más allá de los ruidos, los destrozos y los comas etílicos del fin de semana, fundamentalmente en la ciudad y en alguna de las villas de la provincia. El fenómeno se extiende y amenaza seriamente alguna de las celebraciones más exitosas y atractivas de la provincia. Ribadavia, tras lo sucedido el pasado año, intenta adoptar medidas para impedir que su Festa da Istoria derive en un macrobotellón, que ya causó estragos en le 'esquecemento' y en el mismísimo 'boi'. La capitalidad del Ribiero ha declarado el día festivo y ha pedido al comercio que no abra sus puertas, que no venda alcohol al por mayor. El sector, en principio, es receptivo y apoya la iniciativa. A ver si cunde.

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