Opinión

Vocablos cotidianos

Hay vocablos, expresiones, y conceptos que se ponen de moda de un segundo para otro. Se cuelan en nuestro dicicionario cotidiano de repente pero con una naturalidad que asombra. Como si siempre hubiesen estado ahí. La crisis del Prestige nos regaló en su día palabras como chapapote o pecio; más recientemente, la recesión económica nos ha familiarizado con la prima de riesgo, el bono basura o las participaciones preferentes; y ahora, la crisis política nos ha convertido, de la noche a la mañana, en asiduos en el uso de términos como querella criminal, garantía procesal o imputado. No hay conversación de cafetería en la que no se manejen estos términos con el mismo desparpajo con que se maneja un boli bic. Es normal, a estas alturas, ya todo el mundo sabe que una imputación no es más que una fase procesal que le puede pasar a cualquiera, pero si cualquiera tuviera que elegir entre una imputación o una lepra, pereferiría lo segundo, porque lo primero es como un infierno sin presunción de inocencia, sin matices, sin dependes y sin farrapos de gaitas. No sé si me explico.

Te puede interesar