Opinión

Lo que no entiendo

En este comentario voy a mezclar cuestiones de diferente magnitud y contenido. Mi primer recuerdo para dos nuevos mártires caídos, no se sí por Dios, pero seguro que por España. Me viene a la mente, y para nada bueno, la imagen del progresista juez Santiago Pedraz, condescendiente con los amigos de los asesinos etarras y la verdad es que, como decía una chacha que tuve, ‘se me mueve el vientre’.


Me sublibella la poca precaución que existe ante la canalla actuación de los nacionalistas vascos malos. El miércoles pudieron morir mujeres y niños inocentes. Ayer ETA asesinó a dos jóvenes guardias civiles llenos de ilusiones y fieles servidores de la patria, ese concepto ante el que sonríen maliciosos muchos hijos de puta. Me asusta conocer los últimos datos de nuestra economía y me aterra pensar en lo que pasará a los españoles en el cercano otoño, mientras las fuerzas sociales se enfrentan como niños caprichosos echándose la culpa entre ellos.


Me escandalizo al saber que la Comisión Nacional de la Competencia ha tenido que sancionar a las compañías energéticas Repsol, Cepsa y BP con una multa de 7,9 millones de euros por ponerse de acuerdo para, presuntamente, choricear a los españoles. Las tres compañías, en sus relaciones con las estaciones de servicio que operan como empresarios independientes, han llevado a cabo prácticas comerciales que equivalen a fijar indirectamente los precios, una actuación prohibida.


Me indigna que tras la comparecencia este martes del ministro Celestino Corbacho, el Director de Comunicación del Ministerio, Manel Fran i Trenchs, reprendiera a un periodista de TVE por haber abordado al ministro tras su intervención, vamos, por haberle preguntado lo no previsto. El demócrata señor Fran amenazó al redactor diciéndole: ‘Voy a quejarme, lo has hecho muy mal, muy mal. Es más, voy a pedir saber quién eres y evitar que vengas a este ministerio en la medida de lo posible’. Viva la libertad de expresión.



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