Dicen que dicen los gitanos que no quieren para sus hijos buenos principios. La razón parece estar en que si empiezas desde abajo sólo te queda crecer y además eso de ir creciendo desde el duro suelo, desde esos malos principios, te curte.
El C.D. Ourense, que la temporada pasada transitó por la Tercera división situado de forma plácida en la zona de promoción casi desde el principio y que llegó a la recta final con todas las opciones, que incluso regaló magníficos partidos en O Couto a su afición y llegó hasta el último encuentro, el definitivo, con ventaja en su casillero, cayó en ese esfuerzo final ante el Caravaca murciano.
Esta temporada la tónica ha sido bien distinta. El equipo, para empezar, ha tenido dos entrenadores. Empezó con Romero; con el cansancio físico y mental de haber aguantado hasta el final la apuesta de la promoción y perderla; con las bajas de jugadores importantes en su centro del campo, como Moisés Pereiro, Breogán, Roberto Dacosta, Levi Marengo. Todo ello pasó factura a un equipo que hasta el momento, aún con nuevo entrenador -Fonsi Valverde- no ha disipado las dudas.
El Ourense no ha conseguido acercarse en prácticamente toda la temporada al cuarteto de los escogidos para jugar la promoción. ha sufrido en muchos partidos y tan sólo ha dado una satisfacción con su juego en el choque con un Deportivo B líder de la categoría hasta hace escasas fechas.
Pero quizás por todo ello sea precisamente ésta la temporada que vea al cuadro rojillo recuperar la categoría que le corresponde. Que va de abajo a arriba se hace evidente en cada partido, a pesar del tropiezo sufrido en el campo de A Lomba frente al Cultural Areas. Ahora queda que acompañe un poco la suerte y que el dicho gitano se cumpla una vez más
