Opinión

ANOTACIONES DE UN LECTOR

Michel de Montaigne es el primer ensayista moderno que reflexiona sobre sí mismo y sobre las cosas que ocurren en la vida. 'No mitifica nada, todo lo mira con un saludable escepticismo y cierta melancólica distancia, pues dice él, sólo los locos están seguros y resolutos'.


En sus 'Ensayos' -una de esas obras que pueden figurar sin reparo en la biblioteca esencial de la humanidad'- confiesa ser el mismo la materia de lo que escribe. 'Yo mismo soy la materia de mis libros'. Y con Montaigne aparece en el escenario de Europa esa alegría de vivir propia del Renacimiento, ese gozar del momento, el famoso 'carpe diem' horaciano.


Montaigne asume la sabiduría contenida en las morales antiguas, epicúrea y estoica. En sus reflexiones nos recuerda la transitoriedad de las cosas y de nosotros mismos. tiene presente el 'panta rei' de Heráclito y no admite esencias inalterables.


Al respecto, escribe: 'No hay ninguna existencia constante ni de nuestro ser, ni del de los objetos. Nosotros y nuestro juicio y todas las cosas mortales van fluyendo y rodando sin cesar'.


Al reflexionar sobre la muerte, Montaigne nos ofrece el ejemplo de los antiguos egipcios, quienes en mitad de sus festines y rodeados de las viandas mejores, ordenaban traer la saca anatomís de un cuerpo de hombre muerto para que sirviese de advertencia a los convidados. El propio Horacio escribe en una de sus epístolas: 'Piensa que cada día es el último que luce para tí, vivirás con gratitud la hora que ya no esperabas'.

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