Opinión

Bajas más que sospechosas

Debo empezar pidiendo disculpas a los controladores aéreos que de verdad estén de baja por enfermedad, que seguro que los hay; pero sospecho que la mayoría de estas 'bajas' no son a causa de uno de esos virus oportunistas que aprovechan que andas con las defensas bajas por la razón que sea para tumbarte, sino de un virus de los más oportuno para sus intereses. Oigo a uno de los portavoces de estos auténticos amos y señores de los cielos de a millón el minuto achacar 'al estrés' que les producen sus condiciones laborales el espectacular aumento que están experimentando desde el fin de semana las bajas laborales por enfermedad en este colectivo. A la debilidad que les producen los trabajos forzados a los que les somete el tiránico ministro de Fomento, José Blanco.


A otro perro son ese hueso, señoritos. Rehenes, vaya, no nos queda otra. Pero, tontos, encima, no, ¿eh? Aún suponiendo que el ministro fuera el ogro estajanovista sin entrañas que les chupa la energía que pinta este portavoz (que estoy con usted en que no, pero supongamos) ¿Todos enfermos, casualmente, el mismo fin de semana, el del cruce de quincenas de las vacaciones de julio, con los aeropuertos atestados, justo cuando miles de familias intentan sacar la nariz del charco de la crisis un ratito, respirar unos días...? Mucha casualidad parece, demasiada casualidad para ser algo distinto a una mentira y gorda.


Y, además de una mentira, es una cobardía. Nuestros controladores aéreos, tan delicaditos ellos de salud, acostumbran tomar el derecho al descanso de miles de ciudadanos indefensos como 'prenda' para forzar al Gobierno a ceder a sus pretensiones... Unos ciudadanos condenados de antemano a no poder oponer más respuesta que el castizo 'ajo y agua', a la brutalidad de que cuatro abusones les revienten las vacaciones. Por lo menos, que estos tipos tengan el valor de dar la cara, que vayan como los del Metro, de frente, que no se escondan tras una baja... 'por un virus', como el amigo controlador que una amiga mía que - me cuenta ella - se encontró el sábado en el gimnasio, gin tónic en ristre, y cuando le preguntó, ¿pero tu que haces aquí, no tenías que estar trabajando?, le respondió, 'es que estoy malo, tengo un virus, ja, ja, ja...' Y siguió dándole al gin. A estos abusones que nos miran como hormigas al servicio de su cuenta corriente, a ver si es verdad que les cruje la inspección de Trabajo, como ha dicho Blanco.

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