Opinión

Papa Francisco, dos años renovación

Dije que la elección del papa Francisco era la entrada de aire fresco y renovación de la Iglesia, y que el papa Ratzinger no era ajeno. El tiempo ha confirmado que la Iglesia está cambiando y en los momento claves el papa emérito ha mostrado su apoyo, cómo hemos visto en la aparición con motivo de la proclamación de los últimos 20 nuevos cardenales. Los dos dieron signos de estar acordes con el rumbo que está tomando la Iglesia.
 Sus palabras van siempre en la recuperación de lo predicado por Jesús de Nazaret, resuenan con fuerza clamando por la libertad y en especial para los más desfavorecidos: "Pienso también en las condiciones de vida de muchos emigrantes que, en su dramático viaje, sufren el hambre, se ven privados de la libertad, despojados de sus bienes o de los que se abusa física y sexualmente… Pienso en las personas obligadas a ejercer la prostitución, entre las que hay muchos menores, y en los esclavos y esclavas sexuales; en las mujeres obligadas a casarse, en aquellas que son vendidas con vistas al matrimonio o en las entregadas en sucesión, a un familiar después de la muerte de su marido, sin tener el derecho de dar o no su consentimiento… No puedo dejar de pensar en los niños y adultos que son víctimas del tráfico y comercialización para la extracción de órganos, para ser reclutados como soldados, para la mendicidad, para actividades ilegales como la producción o venta de drogas, o para formas encubiertas de adopción internacional… Globalizar la fraternidad, no la esclavitud ni la indiferencia". Llegando a decirle a cada cardenal que "debe tener un fuerte sentido de la justicia, de modo que no acepte ninguna injusticia, ni siquiera la que podría ser beneficiosa para él o la Iglesia".


Lo que busca con todos los cambios es "que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos… (del) clericalismo, de lo que es estar encerrados en nosotros mismos… La Iglesia no puede ser una ONG". Y para conseguirlo, la mano no le tiembla aunque tenga que expulsar a obispos y cardenales por pederastia y riqueza excesiva. Con el papa Francisco el mensaje de Jesús vuelve con el aire fresco y revolucionario que tuvo, y él lo hace presente en el siglo XXI, y contactando con todas las religiones.

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