Opinión

Tik Tok Teriyaki

Después de una espera de más de tres años, este viernes se publicaba Motomami, el tercer álbum de la cantante Rosalía. La noticia era ya de por sí una de las más esperadas en la industria musical española e internacional para el 2022, pero su gran promoción en las redes sociales ha servido para generar todavía una mayor expectación en torno a este lanzamiento. Desde hace unos meses Rosalía ha ido haciendo distintos avances de las canciones del disco publicándolas en las principales plataformas musicales y acompañándolas en algún caso con sus correspondientes videoclips en YouTube, siguiendo el patrón establecido en la industria desde hace algunos años. ¿Qué tiene entonces de novedad este lanzamiento? La artista catalana ha situado TikTok como epicentro de su estrategia de comunicación, convirtiéndola en el lugar donde encontrar avances y contenidos exclusivos hechos a medida para la famosa red social de vídeos cortos en vertical que tanto triunfa entre los jóvenes.

Lo cierto es que la música tuvo mucho que ver con la creación de TikTok. Tras el fracaso de su aplicación de vídeos educativos cortos a principios del 2014, dos amigos chinos afincados en Estados Unidos apostaron por reconvertirla en Musical.ly, una app centrada en el entretenimiento mediante vídeos cortos de entre 15 y 60 segundos en los que se mezclaban música e imágenes con filtros y efectos. El éxito de esta particular red social fue abrumador, consiguiendo millones de usuarios y contenidos en todo el mundo en apenas un año. En el 2016, y tras ver el gran éxito cosechado por Musical.ly, el gigante empresarial chino Bytedance lanzó Douyin, una aplicación que prácticamente clonaba sus funcionalidades. En un movimiento que estaba prácticamente cantado, Bytedance compró Musical.ly en 2017 y unificó las dos aplicaciones en el 2018 bajo el nombre de TikTok, conservando el nombre de Douyin solamente para el mercado chino.

El crecimiento de TikTok ha sido espectacular en los últimos años, superando los 1.000 millones de usuarios activos mensuales a finales del 2021 y esto ha hecho que las principales redes sociales tiemblen por su hegemonía, principalmente Instagram y YouTube, las reinas hasta la fecha de los contenidos audiovisuales. La guerra por los usuarios más jóvenes, principales usuarios de TikTok, es encarnizada y por este mismo motivo no nos resulta raro ver la “inspiración” que ha ejercido la red social china en formatos como los reels de Instagram o los shorts de YouTube.

Las razones del éxito de TikTok son varias: no es necesario registrarse para disfrutar de los contenidos, la navegación vertical es cómoda y natural, los vídeos se reproducen automáticamente y con sonido, el algoritmo funciona de maravilla y recomienda contenidos muy afines al usuario, la creación de vídeos es cómoda y rápida… Con todos estos ingredientes y la creatividad de usuarias de todo el mundo, los contenidos se hacen rápidamente virales, especialmente los conocidos como “challenges”.

Son estos retos precisamente los que están cambiando la industria musical, no solo recuperando canciones o audios que estaban en el olvido, sino haciendo que los artistas se replanteen sus composiciones y videoclips para añadir coreografías y elementos que sean fácilmente reconocibles y replicables en los vídeos creados en la plataforma. Un buen ejemplo de ello es la canción y la coreografía de Chicken Teriyaki, una de las canciones del último disco de Rosalía, y que presentó el pasado viernes de madrugada en un directo exclusivo en TikTok en el que hizo un adelanto de su álbum mediante una experiencia audiovisual ideada especialmente para su disfrute en teléfonos móviles. Ten cuidado, Spotify: TikTok va a por ti.

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