Opinión

Colegios mayores y tunas mixtas

Por fin, una reforma universitaria profunda y de alcance. Caminamos hacia la ciencia y la investigación no binarias, con perspectiva de género, porque como la Universidad española ya ha alcanzado elevadas cotas en el ámbito intelectual, formativo e investigador, es lo que toca ahora. Joan Subirats, ministro de Universidades, ha creído conveniente descender a asuntos menores, incluyendo en la nueva Ley de Universidades, la prohibición de que haya en las Universidades colegios mayores adscritos no mixtos y descolgándose con unas declaraciones contra las tunas por el mismo motivo. 

Al parecer, no le gusta que estas entidades estén integradas sólo por mujeres o hombres, algo que resulta imperdonable en estos tiempos de avanzada pluralidad de géneros. En su afán por aportar también su propuesta original al Gobierno feminista de Pedro Sánchez, ha afirmado que, “No me parece que sea una tradición a conservar”, denunciando dicha segregación por sexos.

Entre los valores que comparten los integrantes de una tuna (masculina, femenina o mixta) se puede enumerar la lealtad, el compañerismo, la musicalidad, la fraternidad, el compromiso, el optimismo o la alegría. Además, todos son transmisores de nuestra cultura y folclore, en definitiva, de una tradición que tanto desagrada al ministro de Educación.

Las personas, hombres y mujeres, deben tener perfecta libertad para vivir donde deseen, o integrarse en una tuna, sin ser considerados por ello, peligrosos reaccionarios. Sin libertad no se consigue la igualdad para que cada uno sea o haga lo que quiera. No se puede consentir que desde atriles sectarios se impongan modelos de convivencia excluyente. La igualdad real y efectiva, debe pasar por desactivar las categorías de género o sexo, porque los derechos y las personas tiene que estar por encima de las clasificaciones.

Ministro Subirats, céntrese usted, sea más tuno que tunante y en lugar de apuntar con su dedo flamígero contra los colegios mayores y las tunas, afronte los verdaderos problemas que tiene nuestra universidad, porque obviamente a esta le pasan cosas y muchas merecen más su atención. 

El mundo universitario español se enfrenta a problemas que no se limitan solo a la dotación presupuestaria. Exceso de oferta, falta de planificación de las inversiones, escaso patrocinio, rigidez para adaptar el contenido de los grados a las cambiantes realidades profesionales, que ningún centro español figure entre los 200 mejores del mundo, la nula rendición de cuentas por los resultados, o la falta de becas condicionadas al expediente académico.

Elija el relato que quiera, o varios y combínelos, o elíjalos todos si quiere, salpimiéntelo con anécdotas, o ponga el foco selectivamente en las cuestiones que más le encajen en sus premisas ideológicas, pero por Dios, emplee su tiempo más que en formular ocurrencias, en dar respuestas a estas grandes cuestiones que afectan a la Universidad española: ¿Es sostenible el modelo actual de financiación? ¿Es eficaz el gobierno de las universidades? ¿Qué importancia tiene la internacionalización y los rankings universitarios? ¿Está sobredimensionado el sistema universitario? ¿A qué se debe el déficit de transferencia entre universidad y empresa?

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