Opinión

ARRUMACOS FEMENINOS

El ordenamiento jurídico en España por lo que se refiere al concepto de matrimonio ha sido siempre definido por la unión del hombre y la mujer. En este sentido, el artículo 32.1 de la Constitución Española nos dice: 'El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica'. Por otra parte, el diccionario de la Real Academia Española define de esta forma el matrimonio: 'Unión de hombre y mujer concertado mediante determinados ritos o formalidades legales'.


Pero he ahí que la Ley 13/2005, de 1 de julio, en vigor desde el 3 de julio de 2005, determinó que el matrimonio puede celebrarse 'entre personas del mismo sexo'. Han transcurrido ya casi 7 años desde que esta Ley se hizo firme, pero yo nunca había presenciado escena lesbiana, la llamada homosexual femenina, en ninguna parte. Fue cosa de dos minutos. Pagué el café y me marché. ¿Qué fue lo que sucedió?


En una céntrica cafetería aquí, en A Coruña, sobre las doce y media, sin que fuera horario para la práctica de la intimidad, entraron en el local dos mujeres y al poco tiempo empezaron con caricias y un besuqueo apasionado, frenético. Fácil es darse cuenta de que se trataba de lesbianas. Como antes les dije, pagué y me marché. No estoy acostumbrado a ser espectador de estas cosas. Por otra parte, vivimos unos tiempos en que basta acudir al quiosco para comprar la prensa y verse rodeado de revistas en donde en primera plana aparecen las mozas y no tan mozas luciendo palmito y mostrándonos el adorno de los pechos. Viene a ser como una invitación, como la fiebre de recordarnos la lujuria, la líbido.


Claro que la escena de las mozas lesbianas no debería asustarnos, puesto que reiteradamente la vemos en parejas jóvenes hombre-mujer. Cada persona es un enigma incluso en el orden sexual, pero a quien estas líneas escribe le impactaría más que la escena de las mozas lo fuera por dos varones. Tal vez ciertos actos requieran lugares recogidos, más discretos y no tan públicos. Los niños también ven.


El ambiente que pulula a nuestro alrededor no es solamente de crisis económica, empleo, recortes, austeridad; de ese vocabulario que ya nos resulta pesado por repetitivo. Pero esto del sexo, ¡uf! Yo no sé qué decir. Por cierto, después de casi siete años ya va siendo hora de que tanto la Constitución como el diccionario sean corregidos para que podamos emplear correctamente las disposiciones legales.

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