Opinión

ASÍ NO, DOÑA PILAR

El pasado día 30, doña Pilar Rojo Nogueira, presidenta del Parlamento de Galicia, actuando como delegada regia en representación de don Juan Carlos de Borbón, rey de España, en la ofrenda de la traslación del Apóstol Santiago, imploró 'para que vele por alcanzar un sistema social ancorado na xusticia e na igualdade'.


Doña Pilar, vinculada a la política desde el año 2000, ha pasado por diversos cargos, que van desde delegada provincial en Pontevedra de la Consellería de Cultura, Comunicación Social y Turismo de la Xunta de Galicia, hasta el actual de presidenta da la Cámara. Son doce años que dan muestra de su valía.


No obstante, allá por el mes de agosto del pasado año, en una entrevista concedida a un periódico gallego, como si de un gesto de bondad se tratara, dijo que se había rebajado el sueldo en un 15%, es decir, de un sueldo de 10.588 euros/mes (1.761.631 pesetas), deducido el 15% queda en 9.000 euros/mes (1.497.420 pesetas). Este sueldo, en una Galicia con 300.000 parados y probablemente más de uno enfermo con fuerte depresión, no es ejemplarizante. Claro que doña Pilar no tiene la culpa de que le asignen tan sabroso sueldo. Casi se podría asegurar que el Apóstol Santiago pasó de la imploración. Y no olvidemos que el Apóstol, el Patrón de España, también ha sido mártir, como los 300.000 gallegos, aunque por distinta causa.


Magnífico el lema de la campaña institucional de Cáritas: 'Vive sencillamente para que otros sencillamente puedan vivir'. La crisis, querido lector, no es para todos. El Refraneiro Galego es muy sabio: '¡A can fraco, todo se lle volven pulgas!'

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