Opinión

PLENO EXTRAORDINARIO: LA VIDA SIGUE IGUAL

El pasado día 9 se celebró el pleno extraordinario en el Ayuntamiento de Ourense que preside el alcalde socialista, Agustín Fernández. Escuché la primera y segunda intervención de portavoces de los distintos partidos: PP, DO, BNG y PSdeG. Después de la elocución (?) de los oradores me vino a la memoria la canción de Julio Iglesias La vida sigue igual. Los oradores (?) lejos de utilizar la chuleta, ese papelito recordatorio del hilo conductor de la exposición verbal, llevaban folios oportunamente subrayados, algo sencillamente largo y empalagoso no sea que se escape algún punto vital de los temas a tratar.


Sabido es que el tema principal del pleno extraordinario era la reprobación del alcalde, Agustín Fernández, y la petición de dimisión auspiciada por el PP. Y las razones del hecho reprobable fueron el dispendio de los cuartitos en una parranda alcohólica -que no es ejemplarizante para los chavales del botellón- y haber efectuado un préstamo dinerario a un funcionario como si la Casa Consistorial fuese una entidad bancaria. Aun reconociendo tal vez mi manía en la exigencia -conste que desde mi condición de jubilado no es exigencia personal pecuniaria que además no es competencia de los ayuntamientos-, mi invitación a los 27 señores concejales es que den prioridad a los asuntos más palpitantes y urgentes. Veintisiete concejales son 27 sueldos. Aunando un pensamiento común y no discrepante, que es lo que generalmente prima en intereses de partido, ¿no surgirá un adalid con cabecita amueblada que plasme en un pleno una idea (aunque difícil) para que si no se puede remediar, por lo menos paliar el grave paro de los ourensanos? Los políticos no gozan de prestigio y sobre todo cuando pasan horas parlando sobre temas de menor cuantía. Hay que atraer a los no creyentes. ¿Cómo? Resolver esta cuestión sería muestra de eficacia. Sería una gran ocasión.


Otras cosas como las antes expuestas sólo y únicamente son, comparativamente, nimiedades. Bien está que se denuncien las irregularidades pero, en otro orden de cosas, a cuento viene decir que no podemos confundir las palabras vocación y profesión convirtiendo en profesión aquello para lo que no se tiene vocación y obviamente aptitud. Hay que dar prioridad a los asuntos más palpitantes y urgentes, aunando un pensamiento común y no discrepante, que es lo que generalmente prima en intereses de partido. Esto sería una gran ocasión. Otras cosas, como las antes expuestas ¡en un 'pleno extraordinario'! sólo y únicamente son, comparativamente, nimiedades, calderilla.

Te puede interesar